tag:blogger.com,1999:blog-87995116562634388762024-03-13T08:50:56.079-07:002 minutosAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.comBlogger97125tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-61128332341402907692017-09-06T11:01:00.002-07:002017-09-06T11:03:52.848-07:00La inmortalidad<div style="text-align: justify;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8LjyMrb6IG4a082KZaz9JelHco14UDqoKpuRHR8KqguIO2DeXtl_XKlUtYnAmWEBtYzyPt8pkdKE5MSm8pUGG9GlsKmgqtE8JImYisSfKqIpaVx-J0_44PHVPP0lXemWrhmfmQdaLxO0/s1600/tumblr_llg6jcK1dw1qbmgeto1_1280_large.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="500" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8LjyMrb6IG4a082KZaz9JelHco14UDqoKpuRHR8KqguIO2DeXtl_XKlUtYnAmWEBtYzyPt8pkdKE5MSm8pUGG9GlsKmgqtE8JImYisSfKqIpaVx-J0_44PHVPP0lXemWrhmfmQdaLxO0/s320/tumblr_llg6jcK1dw1qbmgeto1_1280_large.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Ha muerto una persona que conozco. Tengo sentimientos encontrados, recuerdos que se agolpan, sensaciones extrañas, amargas y dulces. Pero sobre todo, pienso en la fragilidad de la vida. Hoy estás y mañana no, asi de simple. Así de simple y aterrador. Nos creemos inmortales, que a nosotros no nos va a tocar, que somos los protagonistas de la película y que al prota nunca le pasa nada. Pero ésto no es James Bond 007, esto es Juego de Tronos. Te vas y no tienes ninguna certeza de que haya un viaje al otro lado esperándote, no, eso es un mero consuelo para el que no concibe que la vida es ésta y que no hay nada más. O quizá si lo hay, quién sabe. De camino al trabajo, he visto a un hombre hacer cruces de agua bendita a unos árboles que se encontraban frente a su camión estacionado. Supongo que buscaba la protección espiritual contra cualquier mal que le pudiese ocurrir. Eso no deja de ser un llamado a la brujería, camuflado bajo el manto de la religión católica. Mismo perro con distinto collar. Pero es que al final, ese hombre, que cree firmemente en el más allá que le ofrece su religión, aún tiene miedo de ese momento, aún tiene miedo a morir. Quizá en el fondo de su corazón, no es tanta la firmeza que posee.</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Pero ya no nos morimos como antes. Ya no dejaremos simplemente un cuerpo vacío bajo dos metros de tierra, o una urna de cenizas en la repisa de la sala. Mi amigo se ha muerto dejando toda una vida de recuerdos en sus redes sociales, como si de un obituario perpetuo se tratara. Podremos ver todos sus momentos importantes, o los que él así consideró. Fotos, videos, artículos, comentarios y opiniones. Todo al alcance de aquel que desee no solo recordarle, sino también conocerle de verdad. Hoy en día ya no existe el anonimato, y las redes sociales son lo más parecido a la inmortalidad que tendremos jamás. Hay mucha gente que teme por su privacidad, pero es posible que haya que cambiar la mentalidad y adaptarse a los nuevos tiempos, abrazar la inmortalidad que representa el cíber-espacio. Porque tenemos miedo a morir, y cada muerte cercana es lo que nos recuerda, que es posible que el siguiente seamos nosotros. Así que debemos recordar que en estos tiempos, lo que publicamos es lo que quedará para la eternidad. Y lo del Más Allá, ya se verá... o no.</span><br />
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-25317002525505378592017-03-26T14:20:00.003-07:002017-03-26T14:21:55.913-07:00N.A.T.X.O.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaBUg37UWrjN6R9CKrNsQ0v06B1zJ4-ciEzzrMp86GeS391ijlm8TPNMJzq9JJQ3H-_YlNFs-zl2ZJIVrN9SD1w5ry45OwjEPfg_-lq7H_NLceLfoDj1RgmNVnz15d45X19Gn5aXa-mqc/s1600/15726429_10209653951319334_1441757268443055772_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaBUg37UWrjN6R9CKrNsQ0v06B1zJ4-ciEzzrMp86GeS391ijlm8TPNMJzq9JJQ3H-_YlNFs-zl2ZJIVrN9SD1w5ry45OwjEPfg_-lq7H_NLceLfoDj1RgmNVnz15d45X19Gn5aXa-mqc/s320/15726429_10209653951319334_1441757268443055772_n.jpg" width="320" /></a></span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">En honor a la verdad hay que decir que el padre de José no fue del todo culpable. El hombre estaba nervioso y un poco desubicado, así que cuando aquella funcionaria se puso tan antipática y con cara de pocos amigos, el pobre se apuró y dijo lo primero que se le vino a la mente: El nombre del niño es José. </span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Desde luego, es un problema ir por la vida con un nombre que no te identifica. José se sentía mal, inacabado, poco definido en sí mismo. Cuando la gente le nombraba por la calle, él no volteaba la cabeza, porque aquel no era su verdadero nombre. Y como decimos, ir por la vida con un nombre que no te identifica es como ir de compras sin dinero, no sirve de nada. Así que José tomó la decisión de salir al mundo a buscar su nombre real, el que le pertenecía y le definía. Estaba seguro que en algún lado debía encontrarlo.</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Viajó por todo el mundo, desde Londres a Nueva York, pasando por el Congo. Al principio, no sabía muy bien lo que buscaba, pero poco a poco fue encontrando las pistas de lo que sería su nueva denominación. La primera pista la encontró en Núremberg, una bonita ciudad alemana rodeada por una muralla medieval y con un increíble mercado navideño. Ese mismo aire medieval le enseñó a José que él tenía un carácter Noble, era amable, generoso y se preocupaba mucho por la gente de su entorno. Por fin había encontrado su primera letra.</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Su segunda letra la encontró en Argentina, un país lleno de vida, de arte, un país en el que todo se hace con pasión. Y eso fue lo que allí encontró, puesto que José era maravillosamente Apasionado, ponía siempre amor en lo que hacía y fuego en la forma de hacerlo.</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Fue en Tokio donde encontró su tercera letra, porque aquella era una ciudad bulliciosa, donde convivían en armonía la ciencia y la belleza, de tal forma que todo lo que había en Tokio parecía una obra de arte en sí mismo. José halló en aquel sitio que él era Talentoso, no sólo porque era un músico destacado, sino porque ponía arte a todo lo que hacía, convirtiendo cualquier trabajo en una pequeña pieza de museo.</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Tardó mucho en encontrar su cuarta letra. Viajó y viajó desde Arabia Saudí hasta Nueva Zelanda y Siberia, pero nada parecía identificarse con él. Pero José no se rindió, porque era una persona que creía en la felicidad por encima de todo, y sabía que no podía ser del todo feliz si no entendía quién era realmente. Por fin encontró lo que buscaba en la Ciudad de México, en un precioso lugar llamado Xochimilco, una pequeña Venecia llena de canales y coloridas trajineras, donde gente de todo el mundo se reúne para disfrutar de la fiesta del lugar. Así descubrió José que él era Xenófilo, que amaba cualquier cosa que viniera de otras culturas, porque eso enriquecía su espíritu y le hacía crecer como persona.</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">José estaba contento, casi había encontrado su verdadero nombre por completo, y apenas ya quedaba en su interior nada del José que su pobre padre le había impuesto por error. Fue en el País Vasco donde encontró la letra que le faltaba. En una mágica localidad llamada Oñate, hermosa y antigua, José se desprendió de su equivocación y comprendió allí mismo que él era Oportuno, porque en esa zona encontró no sólo su nombre, sino el amor de su vida. No podía ser de otra forma, es cuando te encuentras a ti mismo, cuando podrás hallar a quién valga la pena.</span></div>
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<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Ya nunca más sería José, ahora era Natxo, y así por fin estaba dispuesto a emprender la aventura más increíble del mundo, compartir el futuro con la persona a la que amas. </span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-26513810402646434112012-12-03T13:58:00.000-08:002012-12-03T13:58:26.800-08:00El pescador de sueños<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIg5aYf-dQSxJbD6ZvkfS1sw9bNagl1xgTobXYgpiXOkEJGDv16AUyjtoI-25CEJ9__D2rAIl2BBzNrvCt-73K7pJbN6IqDkP7bUUDomkj5TyxzAonbbWwQk9DF4PU-i3tKSIe7xwtgXw/s1600/barco_10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIg5aYf-dQSxJbD6ZvkfS1sw9bNagl1xgTobXYgpiXOkEJGDv16AUyjtoI-25CEJ9__D2rAIl2BBzNrvCt-73K7pJbN6IqDkP7bUUDomkj5TyxzAonbbWwQk9DF4PU-i3tKSIe7xwtgXw/s1600/barco_10.jpg" /></a></div>
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Al principio, cuando la funcionaria de la oficina de empleo le ofreció aquel puesto de trabajo, a Luis no le pareció muy buena idea. Él no tenía ni idea de cómo se hacía aquello, en fin, no sabía ni de qué iba la cosa,a pesar de que era ingeniero naval, pero, claro, la verdad es que no estaba el panorama como para andar desechando nada. Así que finalmente aceptó la oferta y se convirtió en un pescador de sueños.</div>
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Y así fue como comenzó su nueva vida. Luis se levantaba muy temprano todas las mañanas y, tras un buen desayuno, se subía a su pequeña barca y se adentraba en las turbulentas aguas del mar onírico, el mar donde se perdían todos los sueños que no llegaban a buen puerto. Con tranquilidad, Luis colocaba su caña en posición y se disponía a rescatar todos los sueños y las ilusiones perdidas. La primera vez que pescó algo fue el sueño de Alicia, que desde los cinco años había soñado con ser una famosa cantante, pero la vida y las circunstancias le obligaron a abandonar aquel deseo a la deriva. Luis lo levantó con la caña y lo recogió con suavidad con una red hasta colocarlo suavemente en la cesta. Alicia ya no cumpliría su sueño, pero ahora otra persona podría aprovecharlo. Fue un momento emocionante, aunque luego esta fue una de las pescas más frecuentes en su trabajo.</div>
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Pasó el tiempo y Luis se hizo un experto pescador. Había un montón de sueños como el de Alicia, de gente que quería cantar, actuar, bailar... pero también había otros que eran muy diferentes e interesantes, como el sueño de Gabriel de ser domador de elefantes, un sueño que pesaba una barbaridad, o el sueño de Lucía de convertirse en una arriesgada trapecista, o el de Alfonso que quería llegar a ser un gran explorador. Eran sueños bonitos, diferentes, tanto que eran mucho más difíciles de colocar que los otros más comunes. </div>
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Luis llegó a estar muy a gusto con su trabajo de pescador. Es decir, tenía un buen sueldo, con sus pagas extra y sus vacaciones, además de no tener jefe directo ni nadie que le diese el coñazo, y los sueños que pescaba eran bonitos, algunos muy originales. Resultaba un poco triste pensar que esos sueños no se realizaron, que no llegaron a convertirse en reales, pero Luis se consolaba pensando que gracias a que él los rescataba quizá otra persona pudiera llevarlos a cabo.<br />
Y así fueron pasando los años, con muy pocas novedades o sobresaltos. Luis seguía encontrando sueños curiosos, como el de Fernando, que quería construir el zoológico más grande del mundo y conservar en él a todas las especies en peligro, o el de Cristina, que soñaba con ser la primera persona que viajase a otra galaxia, y sueños comunes como el de Sara de tener una familia y un hogar o el de Antonio, que lo único que quería en la vida era que le cogiesen para entrar en la casa del Gran Hermano. Luis los recogía todos sin distinción, siempre había alguien a quién le interesaría cumplirlos.<br />
Un día, Luis pescó un sueño suyo. De primeras no lo distinguió, porque ya había pasado mucho tiempo desde que lo había desechado, pero luego se dio cuenta de que le pertenecía. Era el sueño de Luis por irse a vivir a otro país para trabajar de su verdadera profesión, ingeniero naval, aprender idiomas y tener un montón de experiencias diferentes. Aquel sueño se le había hecho pesado, era difícil alejarse de la familia, de los amigos, era difícil vivir sin apenas dinero, y en un país en el que ni siquiera podrías comunicarte con fluidez. Así que Luis simplemente, lo había abandonado.<br />
Un poco confuso, decidió no llevar su sueño al departamento de recolocación. Lo dejó sobre la mesa de la cocina y lo observó atentamente. Le daba miedo pero no podía dejar de observarlo. El trabajo de pescador de sueños le proporcionaba estabilidad, calma y aprobación por parte de los otros, era un buen trabajo. Sin embargo, Luis no podía evitar la llamada de aquel sueño. Si su vida era tan buena, ¿por qué no podía apartar los ojos de aquello que estaba encima de la mesa?<br />
Así estuvo toda la noche, mirando y pensando. Al día siguiente, Luis presentó su dimisión en el trabajo. Tenía algo de dinero ahorrado y había comprado un billete de ida para Holanda. Sus familiares y amigos no lo entendían, estaban escandalizados, ¿cómo podía abandonar la seguridad de la vida que llevaba para lanzarse a la locura de perseguir un sueño? Pero Luis ya no tenía dudas, porque después de la experiencia de trabajar como pescador de sueños había comprendido que abandonarlos puede proporcionar seguridad, pero desde luego, no felicidad, ¿y para qué quiere nadie una vida segura si al final de ella te das cuenta de que no has sido feliz?<br />
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-68213507326381989972012-07-25T02:43:00.001-07:002012-07-25T02:45:23.192-07:00Des-nudos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit50mW0V55WFZfmq08PrUg0apabSjWkbPg5Vc2IE8_LuDlW5CzJM4npUJDbnVlAziOYDPyMM0N_4K03cwgGI19Lj1FPlXekqNaRA6TNcK9F1KNe0qyXweueWvC4GmnU8LoQSL7SlfA_CI/s1600/tunick_bcn_20030608_046.img_assist_custom-320x250.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit50mW0V55WFZfmq08PrUg0apabSjWkbPg5Vc2IE8_LuDlW5CzJM4npUJDbnVlAziOYDPyMM0N_4K03cwgGI19Lj1FPlXekqNaRA6TNcK9F1KNe0qyXweueWvC4GmnU8LoQSL7SlfA_CI/s1600/tunick_bcn_20030608_046.img_assist_custom-320x250.jpg" /></a></div>
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Gabriel nació con una pequeña particularidad en los ojos: era incapaz de ver cualquier tejido. Al principio no fue consciente de aquel defecto óptico, allí, en la sala de partos, pues veía a todo el mundo como él mismo estaba. La cosa es que luego, después de darle un baño refrescante le pusieron alrededor de la piel algo invisible. Con los años, no perdió la fascinación por aquellas cosas imposibles de ver con las que le envolvían. Era realmente extraño, porque aunque todas las ropas eran igual de invisibles para sus ojos, el tacto que provocaban era notablemente diferente. Normal, no es lo mismo una camisa de seda que un pantalón vaquero. Lo mismo le pasaba con la cama, por ejemplo. Incapaz de ver las mantas, sábanas e incluso el algodón que envolvía el propio colchón, Gabriel se acostaba hipnotizado ante los muelles sobre los que su cuerpo flotaba de una manera casi mágica.</div>
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En esos primeros años, sus padres creyeron que la forma en que Gabriel miraba las ropas, la cama, el sofa, etc, era la normal curiosidad de la etapa inicial de una vida. Pero El niño fue creciendo y esa curiosidad no desapareció, muy al contrario, fue aumentando y trasladándose a otros campos. Cualquier cosa hecha de tela, un mantel, un forro, una cortina, todo era imposible de observar para él y la reacción de los demás frente a aquello que para él no existía le llamaba poderosamente la atención.</div>
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Ya con cierta edad, le llevaron a la playa y allí observó dos cosas que despertaron su curiosidad: la primera eran los niños que jugaban con cometas, cosa que para él era los niños que elevaban los brazos hacia el cielo, echaban a correr y reían, y la otra era el comportamiento de la gente. La personas en la playa se comportaban diferente. Gabriel no entendía que esto era debido a la falta de ropa, porque su entendimiento del tema no pasaba del sentido del tacto. En la ciudad, la gente se movía de forma diferente, más seguros de si mismos, audaces, fuertes, en comparación con sus mismos movimientos en la playa, que eran torpes, asustadizos, intentando a veces incluso taparse con las manos. Y lo más curioso de todo esto era que nadie parecía darse cuenta de ello, salvo el propio Gabriel.</div>
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Aquello le maravillaba. Gabriel no paraba de observar a la gente, sus movimientos, sus relaciones con el entorno, con los demás, y llegó a la conclusión de que todos eran frágiles, que había algo en la ciudad que les asustaba, y esa era la razón por la que exhibían aquella actitud agresiva, pretendidamente segura y fuerte.</div>
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Su mirada profunda empezó a asustar a todos. La gente se sentía observada, desnuda bajo sus ojos. Cuando hablaban con él, parecía como si supiera perfectamente cuán asustados podían sentirse, así que comenzaron a evitarle. Sus amigos le rehuían con excusas baratas, hasta sus propios padres se dejaban ver cada vez menos. Nadie soporta que descubran su coraza, nadie soporta verse desnudo frente a los demás. Pero Gabriel, con su pequeño defecto genético, lo entendió todo. Nudos, eso es lo que tenemos todos dentro. A medida que vamos creciendo, se nos van enredando nudos y más nudos, que nos atrapan, que nos impiden avanzar, ser felices. Así que estar desnudos es eso, librarse de todos esos nudos que nos atan a la miseria. Y, como los demás eran incapaces de verlo, Gabriel decidió que esta era su misión en la vida, Nunca más volvió a ponerse una ropa encima, y se mostró siempre a los demás como él mismo los veía a ellos, des-nudo.</div>
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Al principio, esto chocó a las personas de su entorno, pero poco a poco, dejaron de temerle, de sentirse desprotegidos frente a él, ya que Gabriel aparecía con todos sus miedos e inseguridades, con su completa humanidad. Porque, en el fondo, todos seguimos siendo pequeños asustadizos, y escondemos esa fragilidad bajo un montón de telas con el pretexto de que nos sirven de abrigo.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-36939119655878396852012-06-21T08:32:00.000-07:002012-06-21T08:32:05.630-07:00Dulzura rima con ternura<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrEXqTbx4znhg2VvwjuGuatPHvKN1Fr2-7djp7WFHKFtilRDjrUox1QAK2XnUG5EFBMKBR9qICrry7YSaxITvt1gXh2MVW5QP4BZ57bmD-Sg6ZrUI-L8vmM-p9EkVPqQ1VRd55W5Uwm8Y/s1600/La+casita+mm.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrEXqTbx4znhg2VvwjuGuatPHvKN1Fr2-7djp7WFHKFtilRDjrUox1QAK2XnUG5EFBMKBR9qICrry7YSaxITvt1gXh2MVW5QP4BZ57bmD-Sg6ZrUI-L8vmM-p9EkVPqQ1VRd55W5Uwm8Y/s320/La+casita+mm.jpg" width="320" /></a></div>
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El día que se casó con Jesús, Cecilia se sintió la mujer más afortunada del mundo. Su marido era bueno, cariñoso, responsable y guapo, no se podía pedir más a la vida. Lo conoció una tarde lluviosa en una cafetería, tomando un chocolate caliente para combatir el frío. Jesús se acercó a ella y le dijo que al verla tomar el chocolate había entendido cómo una mujer podía ser tan dulce. Era el piropo más bonito que le habían dicho jamás. Al día siguiente, El hombre apareció en la cafetería con una caja de bombones para ella, y al siguiente, con una gigantesca bolsa de gominolas. Ella reía encantada, decía que aquello la iba a poner como un tonel, pero él respondía que era la mujer más dulce que había visto jamás, y que no podía permitir que aquella dulzura se diluyera lo más mínimo. Aquel amor no entendía de flores ni de joyas, sólo de dulces y pasteles, de azúcares y chocolates, de helados y barquillos. Y Cecilia entendió que era el mejor amor del mundo, porque todo el mundo sabe que dulzura rima con ternura.</div>
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Cuando por fin decidieron pasar el resto de sus vidas juntos (aunque probablemente, esto ya le habían decidido en el mismo momento en que se conocieron), Jesús construyó el hogar más dulce que nunca había existido. Los ladrillos eran del chocolate más negro y las puertas y ventanas de un hermoso mazapán, los picaportes eran fresas de gominola y los cristales de caramelo de diferentes sabores, el alféizer de las ventanas eran de regaliz del rojo y los marcos de las puertas, del negro. El turrón fue usado para construir la chimenea y los polvos pica-pica para encenderla; el camino de entrada fue asfaltado con peladillas y la cama de matrimonio del más mullido algodón de azúcar. La casa entera era un templo al amor de la pareja, en aquel hogar sólo cabía ser feliz. Y entonces, Jesús murió.</div>
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Son esas cosas que pasan cuando menos te lo esperas. Cuando crees que por fin la vida te recompensa por tantos años de sufrimiento y soledad, ella va y te arrebata lo que más quieres. Jesús se fue, poco importa si por un accidente de tráfico o una enfermedad mortal. Cecilia se quedó sola, triste y ni todo el azúcar del mundo pudo ahogar su profunda amargura. La mujer se fue recluyendo, refugiada en sus más acaramelados recuerdos, dejó de tener interés en el presente. Mientras revivía una y otra vez su primer encuentro en la cafetería, sus cabellos encanecieron y ella no se molestó en teñirlos, porque Jesús no estaría allí para verlo; mientras rememoraba su maravilloso primer beso, las ropas se le gastaron, estropeadas, rasgadas, y a ella le daba igual, porque él no podría darse cuenta; mientras recordaba cómo hacían el amor, la piel comenzó a arrugársele y una enorme verruga le creció en la nariz, y ya no es que él no lo viera, es que ya ni Cecilia misma era capaz de ver su terrible aspecto. Sola, triste, amargada, oscura, enclaustrada en la casa más dulce que el amor jamás construyó.</div>
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Y ahora vienen esos asquerosos niños, Hansel y Gretel, y sin ninguna consideración se lían a mordiscos con su hogar. ¿Es o no es para comérselos?</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-67622483242046015702012-03-13T12:10:00.000-07:002012-03-13T12:10:26.026-07:00El extra<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlcvUdCe7YxsfdYWZ1FWqfVSPbhU9dYMA07sAUvTCm5v7rL-HiZLDcAJDlNyUF9MqT_VmmzFyaGFN8UFFpfaUckGqYLBnFhNi8lELvej7OgnYjH8HkAFIR_zNoD2q9tbYJoPgJka8QbEU/s1600/16476.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlcvUdCe7YxsfdYWZ1FWqfVSPbhU9dYMA07sAUvTCm5v7rL-HiZLDcAJDlNyUF9MqT_VmmzFyaGFN8UFFpfaUckGqYLBnFhNi8lELvej7OgnYjH8HkAFIR_zNoD2q9tbYJoPgJka8QbEU/s320/16476.jpg" width="188" /></a></div>Me he convertido en un extra del guión de mi propia vida. Me he dado cuenta esta mañana, cuando he me he puesto a revisar el guión mientras desayunaba. Al principio, pensé que se trataba de un error, pero en la segunda lectura ya he salido de dudas. ¡No tenía ni una frase en todo el guión!<br />
Al parecer, primero mi perro me ladrará para que le saque a hacer sus necesidades antes de ir a trabajar. Yo le miraré con resignación y le pondré la correa. En el parque me encontraré con la vecina del cuarto, esa que tiene un Yorkshire que cuando ladra hace el mismo sonido que ella al reír. La vecina me saludará enérgicamente preguntándome qué tal estoy, pero cuando yo haga un gesto de responder, directamente comenzará a contarme toda su vida con pelos y señales, su marido que se pasa el día gruñendo mientras ve el fútbol, su hijo que no da palo en la universidad, con lo que les cuesta la matrícula, y su Yorkshire, que es su única alegría pero que se pelea con todos los perros del barrio. Cuando por fin vaya a dejarme meter baza, el maldito bicho la emprenderá contra mi pobre Freud, así que no me quedará más remedio que irme sin decir ni esta boca es mía.<br />
La prota de la segunda escena de mi vida será mi portera, que me pillará saliendo del edificio con intención de irme a trabajar. Me perseguirá hasta el autobús sin parar de recriminarme que ayer sacara la basura después de la hora de recogida, que ella no es esclava de nadie y no puede estar recorriendo las escaleras enteras de arriba a abajo a todas horas. En el autobús intentaré dar los buenos días al conductor, pero es de esos que van con gafas de sol para que nadie se dirija a él, por lo que me ahorro el intento. Lo de esa escena es menos evidente que no hablo, porque nadie lo hace, todo el mundo va con cascos o leyendo en esos modernos libros electrónicos, o las dos cosas.<br />
Nada más llegar a la oficina, me estará esperando una de las secretarias para decirme que mi jefe me busca para echarme la bronca. El otro no me dejará ni abrir la boca, me echará la peta por lo del proyecto que mi compi ha dejado a medias y que por lo visto es responsabilidad mía el que el otro no haya hecho su trabajo, sobre todo si el otro es cuñado de tu jefe. Me pasaré el resto del día solo, encerrado en el despacho, intentando arreglar el desaguisado del cuñadito, el cual, por cierto, se pasará así como a última hora para decirme que si el jefe o su hermana preguntan por él, que diga que está currando conmigo y que ahora mismo se encuentra en el baño. "Hoy por mi y mañana por ti" me dice mientras me guiña un ojo. Ni siquiera esperará a que le responda. se irá antes.<br />
Llegaré a casa ya de noche, veré a la portera trasteando en la portería, y aprovecharé un descuido suyo para colarme en el ascensor. Freud me saludará con un ladrido poco efusivo. Antes se alegraba mucho al verme, pero ahora lo hará sin ganas. A nadie le da alegría ver a un extra.<br />
Ni una frase, en todo el día. He pasado de ser el prota de mi vida a ser una figuración especial con frase y finalmente un extra mudo. Es duro no pintar nada en tu propia vida. Aunque supongo que es culpa mía, porque yo nunca quise ser prota, no me gustaba llamar la atención. Intentaba pasar desapercibido al máximo, por aquello de que cuanto menos se fijen en ti, menos problemas tendrás. Pero he puesto tanto interés en ello, que ahora ya no pinto absolutamente nada en esta peli. Desde luego, es verdad que así tengo menos problemas, pero de lo que me he dado cuenta es de que, sobre todo, lo que menos tengo son alegrías.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-18086468351480181742012-03-07T06:05:00.000-08:002012-03-07T06:05:10.231-08:00El invierno enamorado<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHrOG1xhpwiudTG0h-TJBT6YDyQEUreSyL4XqZJPCzgtcDxLpzZXThM2S6wGTKoa1u5NzrGQ7wiHeE1Aoe_Bxh9AukHc6BRsj2YzTap6ji_cXu7EjyEXsvRUf8e1XMKbyhOk5dCjOI3no/s1600/400_1324087463_905293-1024x768-rozne-love-scrochs-hlarge.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHrOG1xhpwiudTG0h-TJBT6YDyQEUreSyL4XqZJPCzgtcDxLpzZXThM2S6wGTKoa1u5NzrGQ7wiHeE1Aoe_Bxh9AukHc6BRsj2YzTap6ji_cXu7EjyEXsvRUf8e1XMKbyhOk5dCjOI3no/s320/400_1324087463_905293-1024x768-rozne-love-scrochs-hlarge.jpg" width="320" /></a></div>Otoño supo que aquella pasión había acabado cuando comenzaron a caérsele las hojas. Invierno y otoño llevaban juntos mucho tiempo, desde que se conocieron la primera vez no pudieron separarse más. Pero nada es para siempre, y finalmente, el aire melancólico de Otoño hizo mella en la relación. Todo se iba enfriando cada vez más, la chispa había muerto, no había ni siquiera ganas de discutir. Hasta que un frío 23 de diciembre, Otoño se marchó.<br />
Invierno se quedó solo, desconsolado, perdido y sin rumbo por entre el gentío que celebraba los excesos de la navidad y el fin de año. Así que todos aquellos que os preguntais porqué os sentís tan desdichados en esas fiestas, ya sabéis que la respuesta es la desolación del corazón roto del pobre Invierno.<br />
La soledad se hizo cada vez más patente, comenzando el año sin tener con quién, encontrando a cada esquina un recuerdo que creía haber perdido y que le arrancaba cruelmente otro trocito de su indefenso y frágil corázón de hielo. Invierno tapó todos los marrones y ocres con el blanco más puro, en un intento de reclamar la atención de Otoño, como diciendo que sus colores eran corruptos, malvados, frente a la pureza de su blanco dañado. Son esas cosas que hacemos para intentar de manera vana mantener un contacto con quien ya no quiere saber nada de nosotros. Pero el otro no respondió, no dio señales de vida. Entonces, Invierno optó por la estrategia de hacer que la cosa iba estupendamente, que era feliz y todo eso, así que en febrero montó unas fiestas de carnaval de agárrate y no te menees, con un montón de colores y músicas. Pero Otoño tampoco se dio por aludido, porque la verdad es que cuando algo se acaba, se acaba, y las mil estrategias que montemos solo sirven para anclarnos en el pasado y el dolor. Invierno comprendió esto y por fin dejó escapar el llanto tanto tiempo contenido durante el entierro de la sardina.<br />
Llegó marzo y con él la tranquilidad. Invierno había dejado que el dolor se fuera, cerró la puerta y se encaró a la soledad con firmeza y serenidad. Ya no tenía miedo, estar solo no es tan malo, le ayuda a uno a conocerse mejor, y descubrir cosas maravillosas de tu propia persona. Y en esta serenidad, de repente, percibió un nuevo calor. Levantó la vista hacia la dirección desde donde llegaba aquel calor y entonces vio a Primavera, hermosa, esplendorosa, rodeada por los colores más vivos y la mirada más brillante. Y de esta manera, cuando ya lo daba todo por perdido, Invierno volvió a abrir su corazón, y el 23 de junio, Invierno y Primavera tuvieron un hermoso y radiante bebé al que llamaron Verano.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-89860231439007373622012-02-25T10:39:00.002-08:002012-02-27T05:01:30.137-08:00Desde la penumbra<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja5iTjpbXYcgBJurxrJZamGMLDDmF_6cW_WsvhFZGNPBlfjCljvpYN233Z7CQf_X9-InT77VDFiWrJDSVUtqYobmNf9ItsHoT5UszoG1yCrIjLMDgVKsX4pmexIosxY800d9TcUJC0xl0/s1600/plaza-mujer-dormida-pintores-y-pinturas-juan-carlos-boveri.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja5iTjpbXYcgBJurxrJZamGMLDDmF_6cW_WsvhFZGNPBlfjCljvpYN233Z7CQf_X9-InT77VDFiWrJDSVUtqYobmNf9ItsHoT5UszoG1yCrIjLMDgVKsX4pmexIosxY800d9TcUJC0xl0/s320/plaza-mujer-dormida-pintores-y-pinturas-juan-carlos-boveri.jpg" width="320" /></a></div>Nunca he sido de mucho dormir, supongo que porque mi cabeza siempre anda trasteando con cosas, planes, decisiones, y un millón de cosas más. Soy así, no lo puedo evitar, me acuesto pensando y me levanto a las cinco horas repensando. Doy un par de vueltas en la cama intentando volver a enganchar el sueño, pero sé que es inútil. Me levanto a por un vaso de agua y regreso al dormitorio. Me siento frente a la cama y desde la penumbra la observo dormir. Ella sí que duerme. Ocho, nueve y hasta diez horas si la dejan. Y yo la dejo, porque nunca es tan perfecta como cuando está dormida, con ese aire casual que la envuelve.<br />
Siempre se queja que la calefacción está muy alta y se muere de calor en la cama, yo le digo que como es calefacción central no se puede hacer nada para bajarla. Pero es mentira, en realidad, la dejo así para ver como se destapa en sueños, dejando en libertad su maravilloso cuerpo, con esa piel lisa, tersa, marmólea. Me imagino a mi mismo acariciando esa suavidad hecha epidermis. En mi mente, veo como mi mano repasa amorosamente todas sus curvas. Solo en mi mente, nunca me atrevo a tocarla de verdad, tengo miedo de que al hacerlo ella desaparezca y que todo sea un sueño.<br />
Ella gime un momento, lo hace a menudo, porque siempre tiene sueños intensos, para ella todo es real, tanto despierta como dormida. Yo adoro sus gemiditos. Son como pequeñas notas musicales que me acompañan en mi penumbra. Los emite con los labios ligeramente entreabiertos. Yo lo observo con atención, deseando secretamente besarla hasta el amanecer, pero no lo hago, porque tengo miedo de que al intentarlo, todo se desvanezca y descubra que realmente estoy solo.<br />
Como inquieta, se revuelve contra la almohada. Un mechón rebelde de su cabello le cruza el rostro y compruebo una vez más que la perfección no tiene límites. Porque ella no hace nada, simplemente duerme, y sin embargo, observándola yo desde la penumbro encuentro todas las razones del mundo. Quiero besarla, abrazarla, quiero quererla, poseerla, hacerle ver que estaré por ella y para ella, que me hace feliz simplemente verla dormir. Y pienso que la única manera en la que llegaría a ser más feliz aún es que algún día yo duerma un montón de horas seguidas y que, al despertar, encuentre que ella está en esta silla, observándome desde la penumbra.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-55507747952993732722012-02-20T12:09:00.000-08:002012-02-20T12:09:34.385-08:00Limosna de amor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXcMPmotEU66VWFYR9eBiYekle-51rzvs1k4pNHeynvaSzkYxPVAlPuXjrvfzQd1ctgyq058P_o7BGdsgTkQfevLJvGxDbd3mvqM9A4jcxMGAiQqtHxFHzWi2GuV3yQxgdB-9cHx22BoY/s1600/Musico_callejero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXcMPmotEU66VWFYR9eBiYekle-51rzvs1k4pNHeynvaSzkYxPVAlPuXjrvfzQd1ctgyq058P_o7BGdsgTkQfevLJvGxDbd3mvqM9A4jcxMGAiQqtHxFHzWi2GuV3yQxgdB-9cHx22BoY/s320/Musico_callejero.jpg" width="213" /></a></div>Nicanor era un vagabundo de lo más extraño. Todos los días aparecía a media tarde en la plaza del pueblo, con un viejo estuche y una destartalada silla de playa. Entonces se sentaba tranquilamente, y sacaba su trompeta del desgastado estuche. A pesar de la edad del instrumento, casi tanta como la que tenía el propio Nicanor, aún conservaba algo del resplandor de su glorioso pasado. El anciano le pasaba al instrumento un pañuelo con delicadeza por todos y cada uno de sus recovecos y pistones. Cuando por fin estaba listo, entonces tocaba. Era una melodía hermosa, cálida, llena de amor. Cuando la gente la escuchaba, no podían evitar parar un momento sus corazones para disfrutarla. Los amantes entrelazaban las manos, los padres abrazaban a sus pequeños, los primerizos se rozaban tímidamente con las puntas de los dedos. Entonces, cuando la canción terminaba, Nicanor volvía a guardar la trompeta, recogía la sillita y abandonaba la plaza. Y así todos los días, desde hacía ya casi cincuenta años.<br />
alguna vez hubo alguien que intentó darle una limosna, porque en honor a la verdad, hay que decir que el pobre viejo tenía más bien pinta de vivir en la calle y de la caridad, pero Nicanor siempre se negó a aceptar ni una sola moneda, ni tampoco alimento alguno. Y cuando le preguntaban que qué era entonces lo que quería, lo que necesitaba, el siempre decía lo mismo: lo único que quiero es amor.<br />
Aquello era muy extraño. Las personas no van por ahí regalando amor a cualquier desconocido, y menos a un anciano con pinta de pordiosero, así que ante su respuesta, todos le sonreían y se marchaban discretamente. Nadie lo entendía, como tampoco había quién entendiera que siempre tocara la misma melodía y que siempre lo hiciera delante de aquella casa cerrada y medio derruída de la plaza.<br />
Ella se llamaba Gregoria, pero el nombre no le hacía justicia. Nicanor no pudo pensar en nada más desde el primer día en que sus ojos se cruzaron, pero él era incapaz de decirle nada, no creía que tuviese alguna posibilidad con una mujer tan hermosa, tan inteligente, tan infinitamente perfecta. Atormentado por su propio amor, le compuso aquella sobrecogedora canción, pero por supuesto no se atrevió a tocarla para ella. Simplemente, se sentó frente a la fachada de su casa, y la tocó. Y a la siguiente jornada volvió a hacer lo mismo, y a la otra, y a la otra... Gregoria, sin apenas saber de su existencia, vivió una vida plena. Se casó, tuvo hijos, nietos, se quedó viuda y finalmente murió, y durante todos esos días de su hermosa vida, le acompañó la hermosa melodía de Nicanor.<br />
Hacía ya años que ella había abandonado este mundo, pero el viejo trompetista seguía acudiendo fiel a su cita, mendigando amor. Finalmente, una chica salió de la casa mientras él tocaba y se le acercó.<br />
- Hola -dijo tímidamente-, soy la dueña de la casa. He venido a recoger un par de recuerdos porque la vamos a echar abajo, y me he encontrado esta nota de mi abuela. Creo que es para usted.<br />
Nicanor tomó la nota tembloroso, sacó las gafas de vista y se las colocó.<br />
"Nicanor, quería darle las gracias por todas las tardes musicales que me ha proporcionado desde hace tantos años. Siempre he esperado que viniese usted a hablar conmigo, antes de que mi Andrés viniera a pedir mi mano, y después de que nuestro bendito Dios decidiera llevárselo con él. Pero ahora ya me he hecho a la idea de que usted no se atreverá a verme. Así que no me quiero ir sin despedirme y darle las gracias por tanta felicidad que me ha proporcionado y por tanta otra que quizá en otro mundo pudo haber sido. Le deseo la mayor de las alegrías en su vida y todo el amor que a mi no me ha permitido regalarle. Que Dios le bendiga".<br />
Dos amargas lágrimas cayeron sobre el papel, pero el anciano las secó rápidamente, y guardó la nota con todo el cuidado del mundo. Y al día siguiente volvió a su sitio, a tocar, y al otro, y al otro, hasta que un día ya no volvió más, y todo el pueblo pareció sumirse en un melancólico silencio.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-7760628970294418872012-01-30T01:50:00.000-08:002012-01-30T01:50:55.583-08:00El corazón cantarín<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC98a7DDdjpUBwKIn_vijARS21thLB9y_PSp04VoizmShSekRFOvXaDcMjNwqeKQ72b9IcKMYOGtMkz3UIY9pkw-rRF8P1acGF7tLh8Sqbnw4iCQ5mTsKahGtNPCLOV8a9yJaJPcFaSqM/s1600/6906119-musical-car-cter-de-coraz-n-con-notas-cantando-y-una-guitarra-de-roll.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC98a7DDdjpUBwKIn_vijARS21thLB9y_PSp04VoizmShSekRFOvXaDcMjNwqeKQ72b9IcKMYOGtMkz3UIY9pkw-rRF8P1acGF7tLh8Sqbnw4iCQ5mTsKahGtNPCLOV8a9yJaJPcFaSqM/s320/6906119-musical-car-cter-de-coraz-n-con-notas-cantando-y-una-guitarra-de-roll.jpg" width="320" /></a></div>Todo el mundo pensaba que Mario era un chulillo, de esos que se hacen los chicos duros para que todas las chavalas acaben como locas detrás de ellos. Pero esto no era cierto, en realidad, Mario era muy poco consciente de su atractivo, y lo que la gente consideraba chulería era más bien despiste y una autoestima un poco tocada. A priori nadie podría creer esto, porque era un tipo realmente guapo, pero son cosas que pasan, una infancia difícil puede hacer mella hasta en la cara más bonita. Así que desde pequeño, el chaval aprendió que lo mejor era pasar desapercibido. Que nadie se fijara en él era la forma ideal de evitar los problemas. Ya de niño empezó a usar su mejor cara de apático cuando las vecinas y demás alababan su belleza y cuando se convirtió en un adolescente guaperas y todas las chicas le miraban al entrar en los sitios, aprendió a mirar hacia el infinito mientras se movía entre todos, para evitar cualquier tipo de contacto visual. Finalmente, esto se convirtió en un hábito tal que un día, Mario olvidó el motivo por el que se había alejado tanto del resto del mundo. Y lo que realmente era una autoestima dañada, él terminó por acuñarlo como un "despiste incurable".<br />
Los problemas empezaron el mismísimo primer día de trabajo. Era verdad que estaba nervioso, la entrada al mundo laboral (el de verdad, no esas cosas que haces en verano para ganarte unas pelillas) es el paso definitivo para entrar en la edad adulta, así que es normal que te sientas un poco inquieto. Pero lo cierto es que todo se estaba desarrollando bien en la oficina, hasta que apareció Elsa para pedirle que preparara unos documentos para nosequé presentación. Él no pensó nada en concreto, simplemente le sonrió y se dispuso a preparar lo que le había pedido la otra. Y en aquel momento sonó la canción. Al principio era algo muy bajito, casi inaudible, de forma que a Mario le pareció el típico zumbido que se te pone en los oídos, pero poco a poco, aquello fue subiendo de tono, hasta que se empezó a distinguir una cursi canción de amor. El chico desconocía por completo la fuente de aquella voz, no tenía ninguna radio cerca y en el ordenador no tenía puesta ninguna música. El sonido se fue haciendo cada vez más fuerte, y Mario puso su despacho patas arriba en busca del origen de la dichosa canción. Cuando ya no quedaba ningún rincón por registrar, de repente, el chaval se dio cuenta de que el sonido provenía de su interior. Era su corazón el que cantaba aquella empalagosa canción. Y tan pronto como había comenzado, paró.<br />
Aquellole sumió en un mar de dudas, pero terminó por dejarlo como algo anecdótico. Al día siguiente, llevó los documentos al despacho de Elsa, y justo cuando entró, empezó a oír el ligero soniquete de la puñetera canción. Casi le lanzó los papeles a la mesa y salió despavorido a encerrarse en su propio despacho hasta que su corazón terminó de cantar. Y esto fue lo que pasó cada día cuando Elsa entraba en su radio de acción. No acababa de verla cuando ya su corazón se ponía a cantar como un loco, y al pobre Mario no le quedaba más remedio que huír despavorido. Su vida en la oficina se convirtió en un infierno, así que se fue al médico y pidió una baja por depresión. No podía volver a ese sitio, no podía volver a ver a Elsa.<br />
Al quinto día de estar en casa ocioso, ansioso, hecho un asco, sonó el timbre de la puerta. El chico ni siquiera echó un vistazo y abrió la puerta, pensando que era su madre, que previamente le había amenazado con visitarle.<br />
- Hola, Mario, me han dicho en la oficina que estabas enfermo y he pensado que quizá necesitarías algo...<br />
Allí estaba ella, de pie, frente a él, dejándole sin escapatoria. Su corazón comenzó a cantar.<br />
- Esa canción -dijo Elsa-, la he escuchado antes...<br />
El pobre Mario, avergonzado y sin tener a dónde ir, se llevó las manos al pecho en un futil intento de acallar a su cantarín corazón, que ya para entonces, berreaba como un loco. En aquel momento, lo único que quería era que el suelo se abriera y se lo tragara enterito, o arrancarse el corazón y lanzarlo lejos, como si fuera una granada.<br />
Entonces, Elsa le agarró suavemente las manos y se las apartó del pecho.<br />
- Déjale que cante, me parece que ya le has obligado demasiado tiempo a estar callado. Y esta es la canción más hermosa que me han cantado jamás.<br />
Por primera vez, Mario la miró directamente a los ojos y entonces vio la mujer más hermosa del mundo. Y esto mientras escuchaba la más bella canción de amor.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-60199978905670695922012-01-03T05:26:00.000-08:002012-01-03T05:26:04.450-08:00No me olvides<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-3mDrKurWmho/TwL42DzzYiI/AAAAAAAAALA/2KfMOxe6wRE/s1600/BN++Pareja+mayor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="http://3.bp.blogspot.com/-3mDrKurWmho/TwL42DzzYiI/AAAAAAAAALA/2KfMOxe6wRE/s320/BN++Pareja+mayor.jpg" width="320" /></a></div>Lo de la memoria de Carmen comenzó poco a poco, de esas cosas que al principio no das importancia: el no saber qué día de la semana era, el nombre de un primo lejano, loa enseres de la compra... Cosas típicas de la edad, pensaba Gerardo, que ya eran muchos años a la espalda y que uno se olvide de esas tonterías pues es lo más normal del mundo. Pero lo cierto es que su memoria fue a peor, hasta que un buen día, Carmen olvidó quién era Gerardo.<br />
Que el amor de tu vida, con el que has pasado casi sesenta años, de repente no sea capaz de reconocerte es un golpe demasiado duro, es como que te arrancan una parte de ti mismo, porque tus recuerdos no son de ti solamente, sino que son recuerdos de dos y si uno de ellos los olvida, es como si jamás hubiesen existido. Así que Gerardo no iba a permitir que su vida desapareciera, porque puede que no fuese la mejor vida del mundo, pero era la suya, la suya y la de su mujer, y había sido una buena vida. Si todos los pretendientes que la habían rondado no le echaron para atrás cuando eran jóvenes, una enfermedad estúpida no lo iba a hacer ahora. Así que Carmen no le recordaba, ¿verdad? pues entonces, lo que tendría que hacer era volver a enamorarla, tampoco sería tan difícil, porque ella no sabría quién era él, pero él la conocía perfectamente a ella.<br />
La mujer estaba sentada en el comedor de su casa cuando apareció su marido. Gerardo llevaba el traje de los domingos y un ramo de Nomeolvides, las flores favoritas de ella.<br />
- Buenos días, señorita -dijo él acercándose a ella-, ¿me permite acompañarla en este ratito?<br />
- Oh, me encantan estas flores -dijo ella a modo de respuesta-. ¿Es usted de por aquí?<br />
- De aquí al lado -Gerardo puso el cd en el reproductor como le había explicado su nieto Antonio-, ¿le parecería un atrevimiento si le pido que baile conmigo?<br />
- Recuerdo esta canción, era mi preferida...<br />
Carmen se dejó levantar, tomada de la mano, con los ojos brillantes y ligeramente ruborizada. Mientras bailaban, ninguno de los dos pudo apartar la vista del otro. Y así estuvieron un buen rato, disfrutando de su compañía mutua como si fuera la primera vez, para ella porque no recordaba las anteriores, para él porque era todo como cuando se conocieron.<br />
- Dígame, señorita -dijo él al final de la cita-, ¿me concedería el honor de poder visitarla de nuevo mañana?<br />
- Me encantaría, caballero -respondió ella emocionada-, pero no sé si le voy a recordar, últimamente no sé dónde tengo la cabeza.<br />
- No se preocupe, no tiene usted que recordar nada, ya lo haré yo por los dos.<br />
Y así, todos los días, Carmen y Gerardo tenían de nuevo su primera cita.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-40560280177384780552011-12-22T11:11:00.000-08:002011-12-22T11:11:59.780-08:00Ildefonso<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-A35n41YFp8A/TvN8jSZf6qI/AAAAAAAAAKo/JJ0isMhqN5E/s1600/128773607854411gd.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="204" src="http://3.bp.blogspot.com/-A35n41YFp8A/TvN8jSZf6qI/AAAAAAAAAKo/JJ0isMhqN5E/s320/128773607854411gd.jpg" width="320" /></a></div><br />
Lo siento, doctor, pero he tenido otra recaída. Claro, que supongo que es normal, siendo hoy el día del sorteo del gordo de navidad. Sí, ya se que hace una semana parecía tenerlo todo controlado, pero en cuanto he salido hoy a trabajar y he visto a todo el mundo viendo el sorteo, escuchando la radio, esas voces chillonas, desafinadas, con la cantinela contínua. Pues nada, que me he lanzado contra la gente gritando y tirándolo todo por los suelos. Al final ha venido la policía y, bueno, el resto ya lo sabe.<br />
Es que no puedo evitarlo, doctor, es oír esas voces y me acuerdo de la mía propia. Mi vida ha sido un infierno por culpa de ese maldito sorteo. Mi padre me puso Ildefonso al nacer, y me preparó desde la más tierna infancia para que fuese un maldito niño de San Ildefonso, valga la redundancia. Porque al parecer, antes los dichosos niños eran unos huérfanos que una vez al año encontraban la posibilidad de ser queridos, aunque solo fuera por el maldito interés, que incluso alguno fue adoptado por haber cantado el premio gordo. Así que todos los huerfanitos soñaban con ser un niño de San Ildefonso, y los pobres desgraciados que vivían en ese colegiucho de tres al cuarto pasando penurias durante todo el año, al llegar la navidad se sentían especiales. Pero luego ya se abrió la veda, cuando el colegio abrió las puertas para niños con padres. Así que mi progenitor pensó que si me ponía el nombre del santo y me metía a estudiar en ese colegio, a la suerte no le iba a quedar más remedio que concederle el premio a él. Me puso en clases particulares de dicción y entonación, para que tuviera cierta ventaja sobre los demás a la hora de ser elegido. Yo estaba más preparado que ninguno, y mi padre ya se veía en las Bahamas, con el billete de lotería en la mano.<br />
Y me eligieron, vaya que si me eligieron. Yo entré a formar parte de los niños de la lotería el 22 de diciembre del año 2002. Que si no lo recuerda, ya se lo digo yo, fue el año que empezó a hacerse el sorteo en euros. Aquello fue un desastre sin precedentes, yo toda la vida ensayando aquello de "cientocincuentamiiiiiiiiiil peseeeetaaaaaasss", que me sabía la cantinela desde que tenía tres años, y de pronto nos sueltan aquellas cifras imposibles, con la misma musiquilla, que era imposible de meter, que ni siquiera tenía la misma cantidad de sílabas. Lo que le digo, un desastre, mi padre no me habla desde entonces. Y a mí, cada vez que oigo el sorteo en euros, me dan ganas de sacar una escopeta recortada y liarme a tiros. Que total, la gente se gasta una pasta gansa en el maldito gordo de navidad cuando con un euro se pueden ganar mucho más con la primitiva, y encima los números los dicen unas tías buenorras que ni gritan ni nada.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-47065339713704850102011-12-20T14:46:00.000-08:002011-12-20T14:46:02.204-08:00Ángulos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglenpey0B7xNOluUB08j8bmmS7po75T1m3DkA8BVBFq1X94FjXxQSfz678zztbi0c82Zt3iPd6XPBXqgsslHd3qSjrZ-pARzxs4Q9CQ4xsq9z3jmOP-t_nhQfhi2Aq1XjRSzRHS1jbEWA/s1600/Caleidoscopio1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglenpey0B7xNOluUB08j8bmmS7po75T1m3DkA8BVBFq1X94FjXxQSfz678zztbi0c82Zt3iPd6XPBXqgsslHd3qSjrZ-pARzxs4Q9CQ4xsq9z3jmOP-t_nhQfhi2Aq1XjRSzRHS1jbEWA/s320/Caleidoscopio1.jpg" width="320" /></a></div>El caleidoscopio fue el regalo de Santi cuando cumplió los cuatro años. Sus padres le habían regalado también un camión de bomberos y sus tíos una pistola dorada, pero nada de aquello pudo hacer la más mínima competencia al mágico cilindro y sus fascinantes imágenes. Santi pasaba horas y horas mirando a través de aquel tubo, girándolo y girándolo, descubriendo cada vez una nueva combinación maravillosa, hipnótica. Llevaba el caleidoscopio consigo a todas partes, y como la profesora no se lo dejaba ver en clase, esperaba ansioso a la hora del recreo para poder volver a jugar con él. Poco a poco se fue aislando del resto de niños, y la cosa no fue sino a peor, porque a medida que se fue haciendo mayor su fascinación por el objeto fue creciendo con él. Aprendió a construirlos, de tal forma que podía ir cambiándolos y usándolos de diferentes maneras. Inventó uno con letras, y con su ayuda escribió los más hermosos y estrambóticos poemas. Hizo otro con partes de animales, y de él surgieron las más fantásticas criaturas que poblaron su universo imaginario. Hubo un tercero que unía notas musicales, y pudo con esto componer bellas melodías que deleitaban sus oídos y le llenaban de paz interior. Con cada caleidoscopio, Santi construía una realidad diferente, un mundo de fantasía donde todo era posible, lleno de objetos brillantes, máquinas vivas y animales imposibles. Ver la vida a través de aquellos cristales se convirtió en una verdadera obsesión, ya la idea de ver las cosas en tres simples dimensiones le resultaba terriblemente obsoleta y aburrida, así que terminó por construir un último caleidoscopio en forma de gafas de cristales de colores, de forma que ya no tendría que separarse en ningún momento de su pasión. Por fin vería el mundo como lo imaginaba en su propia cabeza. Caminaba por las calles observándolo todo con verdadero interés, de repente, las fachadas resultaban muchísimo más interesantes, los bancos, las papeleras, las farolas, todo tenía ahora un toque especial, un punto distinto. Y absorto como estaba en esto, se tropezó con Cristina. Cuando recuperó el sentido después del gran empujón se acercó a ella para pedirle disculpas y entonces se maravilló de su belleza, la estudió como hacía con todo, desde todos los ángulos posibles, puede que realmente no fuera la mujer más hermosa del mundo, pero sí lo era de su mundo, era perfecta en su conjunto, caleidoscópicamente perfecta.<br />
- Toma -dijo ella rompiendo su ensimismamiento-, se te ha caído esto.<br />
La chica llevaba en sus manos las gafas de caleidoscopio, que con el golpe habían salido volando. Santi había estado admirando su belleza tal cual era, sin los añadidos de sus cristales, simple y pura tercera dimensión. Y comprendió que maquillar la realidad es bonito, pero que es mucho más bonito disfrutarla tal cual es, porque quizá tardes más en encontrar su belleza, pero cuando la encuentras es de verdad, y no desaparecerá al quitarte las gafas de caleidoscopio.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-66831268859834537202011-12-15T07:11:00.000-08:002011-12-15T07:11:41.569-08:00Primer aniversario<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjv2G9j5llrEhIRW03qYXTKte5pAgTpT-dzEAECRqBteL7vCgeo8N7rcQGPxgei7rLwAInjK-Y4nwR5hylYJbxhY2XOueWjxo1Dv6484udOQbz1fT-XyQ7fpB0gVgo0QsAtPyD6GoIYlD8/s1600/_DSC0154.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjv2G9j5llrEhIRW03qYXTKte5pAgTpT-dzEAECRqBteL7vCgeo8N7rcQGPxgei7rLwAInjK-Y4nwR5hylYJbxhY2XOueWjxo1Dv6484udOQbz1fT-XyQ7fpB0gVgo0QsAtPyD6GoIYlD8/s320/_DSC0154.jpg" width="320" /></a></div>Pues hoy hacemos nada más y nada menos que un año en este blog, y con la friolera de (ahora mismo mientras escribo) 19.149 visitas!!! Es increíble, de verdad. Cuando empecé este rincón de "2 minutos" fue más que nada por un imperativo de mis amiguetes, que leían mis cuentos en el facebook y me daban el coñazo todo el santo día para que creara un blog, un mundillo que yo desconocía por completo. Finalmente, me decidí a hacerlo, lo intenté un par de veces (soy un poco nulo para estas cosas) y lo conseguí tal día como hoy hace ya un año enterito.<br />
He optado por no escribir ninguna de mis rarunas, simplemente unas pocas palabras para agradeceros a todos los que sé que me leéis, y a los que no os conozco (gente de un montón de países, lo que me parece increíble), aún más si cabe (bueno, igual, que luego los q sí conozco se enfadan y esos me pueden pegar y todo).<br />
El caso es que este se ha convertido en un rincón muy especial para mí, un sitio donde a veces estoy triste, a veces alegre, a veces ingenioso y a veces melancólico, pero donde siempre soy yo. Porque soy yo en cada uno de mis fugaces 2 minutos, ellos son mi alma, mi pensamiento, en definitiva, mi forma de ver el mundo. Gracias por dejarme compartirlo con vosotros durante este intenso año, y espero que sigais ahí en los tiempos venideros.<br />
PD: he reconfigurado el blog para que podáis opinar todos los que queraís hacerlo, ya se puede escribir libremente, y si teneis preguntas o peticiones, serán todas bienvenidas ;-)Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-31972420509437616732011-12-01T08:38:00.000-08:002011-12-01T08:38:16.095-08:00La barrera<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNwFoJL8cBj3KWVDN8tLfmjH9Pa_VQbALyED4JjHkrr4pvRm_3TieQ-1n_nFrWM-DjIKoHNrpxNW133A3Owu2glR3zz8jDR-ltxOV5Yox-4bzPGCyHEYdGbcmKDljP3Zo9HQpF3eAwku8/s1600/sida-mo%25C3%25B1o-simbolo-sida.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNwFoJL8cBj3KWVDN8tLfmjH9Pa_VQbALyED4JjHkrr4pvRm_3TieQ-1n_nFrWM-DjIKoHNrpxNW133A3Owu2glR3zz8jDR-ltxOV5Yox-4bzPGCyHEYdGbcmKDljP3Zo9HQpF3eAwku8/s320/sida-mo%25C3%25B1o-simbolo-sida.jpg" width="232" /></a></div>Tengo Sida. Supongo que no tengo que explicar la diferencia entre VIH y Sida a estas alturas, así que no me he equivocado al escribir, tengo Sida. Adivino que al leer estas primeras líneas ya te has hecho una idea de mi vida. pues te equivocas. Soy mujer, heterosexual, de cuarenta y nueve años, casada y con un hijo. Ahora te habrás hecho una nueva idea de todo, pues también te equivocas, no me he acostado con nadie ni mi marido ha sido infiel. Todo fue hace mucho tiempo, cuando todavía no tenían muy claro cómo se transmitía el virus, y me hicieron una transfusión de sangre contaminada, así de simple. Si, como dicen algunos, esta enfermedad (o síndrome o lo que quieran llamarle) es un castigo de Dios, entonces, Dios va a tener que revisar sus papeles, porque algo no le ha salido del todo bien.<br />
El caso es que estuve mucho tiempo sin saber que tenía el VIH, porque lo tenía antes incluso de tener a mi hijo. Y por alguna condescendencia divina, el niño nació limpio, los médicos ni siquiera saben explicar cómo, pero yo no me quejo, claro. Nada me hacía pensar que habría algún motivo por el cual yo podría adquirir el dichoso virus, por lo que jamás se me ocurrió hacerme las pruebas. Quizá si lo hubiese sabido antes, podría haber tenido más cuidado y se habría desarrollado más tarde. Pero con quizás no se escribe la historia, ¿verdad?<br />
Es duro tener Sida. No es como antes, quiero decir, nuestra calidad de vida es mucho mayor, ya no tenemos que tomar mil medicamentos al día que te destrozan el cuerpo y la mente, pero eso no es lo realmente duro. Lo insoportable es que es una enfermedad que ataca al amor, justo donde más te duele. A estas alturas sé perfectamente cómo se transmite el VIH, en casa tomamos todas las precauciones para evitar que mi marido y mi hijo se contagien. Ellos me cuidan, me miman, me tocan sin ningún pudor, me quieren sin reservas, pero yo no puedo. Aunque mi cerebro sabe lo que tiene que hacer para que a los míos no les pase nada, mi corazón nunca olvida lo que llevo dentro, y esto crea una barrera que me impide disfrutar del contacto de mis seres queridos. Es tan horrible sentir rechazo cuando mi hijo me abraza, cuando mi marido me besa en los labios... Pero no lo puedo evitar, me siento aislada, como si el antiguo telón de acero se hubiese levantado a mi alrededor y me dejase dentro, atrapada, sola, desamparada.<br />
Esta es la tercera neumonía que tengo. Sé que la cosa va a peor, no me engaño. Los médicos me dicen que no pierda la esperanza, que cada día aparecen nuevos remedios, revolucionarios fármacos, que algún día se encontrará la cura definitiva. Pero yo sé que no es verdad. Si las empresas farmacéuticas hubiesen querido encontrar una cura ya lo hubiesen hecho. O sea, ya hemos salido al espacio exterior, tenemos decodificado el código genético y hasta existen robots del tamaño de una mosca, ¿y no podemos encontrar una cura para combatir un simple virus? No, todo es dinero. Así de simple. Las multinacionales de los fármacos prefieren cronificar una enfermedad antes que curarla, les resulta mucho más rentable. Y yo, mientras tanto, moriré con miedo a tocar a mi propio hijo.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-413578367641645272011-11-30T13:49:00.000-08:002011-11-30T13:49:20.512-08:00El vertedero de los abrazos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjvmxkhaeVm-WRkpXfhOZkSC4gWdP0sPTr0jlkioNDolQWSIWMxve_rRb6c3sPNPxwO5iuMTZXQFxBh4gkt2CXVl8F2lvG06qwrZ45g9hw9MYH-6uyjhCBmNo9BSUCmWaQipXTqAWSAMM/s1600/couple.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjvmxkhaeVm-WRkpXfhOZkSC4gWdP0sPTr0jlkioNDolQWSIWMxve_rRb6c3sPNPxwO5iuMTZXQFxBh4gkt2CXVl8F2lvG06qwrZ45g9hw9MYH-6uyjhCBmNo9BSUCmWaQipXTqAWSAMM/s320/couple.jpg" width="209" /></a></div>El pobre abrazo estaba totalmente perdido. Se encontraba en una calle extraña, en una parte de la ciudad que no reconocía, así que le resultaba imposible encontrar el camino de vuelta a casa. No sabía muy bien cómo había llegado hasta allí. Pedro había quedado con Rosana para hablar, y habían decidido hacerlo en un lugar ajeno a su relación, por aquello de no tener influencias y ver las cosas con claridad. Estuvieron tomando un café tranquilamente, intentando esclarecer si lo suyo tenía futuro o no y, como siempre, acabaron discutiendo por la tontería más absurda. Rosana se despidió con los ojos vidriosos, aquello era el final, ¿o no? Pedro pensó por un momento que todo se podría arreglar con un simple abrazo. Sólo tendría que rodear con sus brazos a la chica, darle un cálido abrazo y susurrarle al oído "te quiero, ahora sí que saldrá bien", y entonces todo se habría solucionado. Es cierto, lo pensó, pero no lo hizo. En lugar de eso, se despidió con cierto aire dubitativo, quizá esperando que fuese ella la que diese ese paso que frenara aquel apocalíptico final. Pero ella tampoco lo hizo, así que se fue cada uno por su lado, y el pobre abrazo quedó abandonado a su suerte, en un barrio desconocido.<br />
Aquello le atemorizaba, no conocía a nadie, no le sonaba nada. Intentó comunicarse con la gente, preguntar cómo podría salir de allí. Pero todos le miraban de manera despectiva, como si se tratase de un mendigo pesado en la puerta de un supermercado que te obliga a recordar cómo gastas impunemente tu dinero en tonterías mientras otros están pasando necesidades. Y de alguna forma era así, el abrazo perdido recordaba a los demás que también habían perdido alguno por el camino, por cobardía, por tozudez, por simple egoismo.<br />
Entonces, un camión se detuvo justo a su lado. Se bajó un hombre bajito y cejijunto, que con un gruñido agarró al abrazo y lo subió a la parte de atrás del camión. El pobre abrazo estaba totalmente desconcertado. Llegaron finalmente a una especie de vertedero y el señor cejijunto empujó a nuestro protagonista obligándolo a salir del camión. Luego se marchó de allí, dejándolo solo nuevamente.<br />
el abrazo miró a su alrededor confundido, y en ese momento, comenzaron a salir otros abrazos de los diferentes rincones.<br />
-Bienvenido al vertedero de los abrazos -dijo uno de ellos al acercarse-.<br />
-¿El vertedero de los abrazos? -preguntó el abrazo con curiosidad y miedo-.<br />
- Sí, nos traen aquí cuando nuestros dueños nos desechan y no saben qué hacer con nosotros.<br />
-¿Y por qué nos desechan?<br />
- Vete tú a saber -respondió el otro encogiéndose de hombros-. Yo creo que la gente ha olvidado lo que es el valor de las cosas, el amor a los demás, el cariño. Si la gente se abrazara más, otro gallo les cantaría, pero hoy en día parece más un lujo que otra cosa.<br />
- ¿Y ahora, qué nos pasará? ¿Nos quedaremos aquí para siempre?<br />
- Bueno, eso es lo más normal. Aunque a veces, alguno de ellos recapacita y se atreve a venir buscando su abrazo perdido.<br />
Así que el abrazo se quedó en aquel vertedero, sin perder la esperanza de que Pedro reflexionara y fuera a buscarlo para poder abrazar a Rosana como tenía que haber hecho aquella tarde.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-84634942704388473222011-11-27T08:45:00.000-08:002011-11-27T08:45:52.724-08:00Sonidos y silencios<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2-uOto7zn8ZwLFns1m7CrmRnr8eNg9NzlruEzH3jiArbLnd_t97_nshyphenhyphenIcsN88qzEiu1f3TX7HQ3WmCF6SjTnHma-qIyQqP4VAfGmb0vJ7EXPGA3-E4sIARIX_u-QjReNo1L09wC-Qu4/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2-uOto7zn8ZwLFns1m7CrmRnr8eNg9NzlruEzH3jiArbLnd_t97_nshyphenhyphenIcsN88qzEiu1f3TX7HQ3WmCF6SjTnHma-qIyQqP4VAfGmb0vJ7EXPGA3-E4sIARIX_u-QjReNo1L09wC-Qu4/s1600/images.jpg" /></a></div>Esto que estás leyendo son mis pensamientos. Quiero decir que si en lugar de escribirlo tuviese que explicarlo en voz alta me sería imposible. Esto no es porque mi aparato fonador no funcione, que lo hace perfectamente, lo que no funciona es mi oído. Soy sordo de nacimiento, completamente sordo. La gente tiene la costumbre de llamarnos sordomudos, pero que no hablemos no significa que no podamos articular sonidos. Esto lo demuestro yo con unos gritos que, al parecer, son absolutamente estupendos.<br />
En mi cabeza no existen los sonidos, ninguno de ellos, y a lo máximo que llego es a asociarlos con las vibraciones, ya sabes, en el plexo solar, soy capaz de sentir las ondas sonoras. Esto me vale para quedar bien cuando voy con los amiguetes a cualquier discoteca. La gente flipa cuando me ve bailar al ritmo, incluso alguno cree que le estoy tomando el pelo, que no soy sordo realmente. Yo lo llamo mi número de magia.<br />
Mi Padre es médico, un cardiólogo de afamada reputación, de esos que están acostumbrados a que todo en su vida sea perfecto. Así que cuando yo nací, la cosa se le torció bastante. Mi padre debía tener un hijo perfecto y no lo que yo era. Mi madre siempre ha sido muy complaciente con él, pero cuando mi padre decidió que debían operarme, ella se opuso rotundamente, por fortuna para mi, porque esas operaciones son peligrosas, te hurgan en el cerebro y no siempre tienen muy buenos resultados. Ante el fracaso de su propuesta, mi doctorado padre optó entonces por separarme de la comunidad sorda, no permitió que yo aprendiera el lenguaje de signos y que sólo me comunicara con oyentes, leyendo los labios. Mi padre no entendía lo que me pasaba por la cabeza, ¿has intentado imaginar como serían tus pensamientos en el más puro silencio? Mis ideas son sólo imágenes, por eso es tan importante para mi aprender el lenguaje de signos, una lengua apoyada exclusivamente en imágenes que me permite pensar con claridad y expresar lo que realmente siento.<br />
Finalmente, crecí y me independicé. Ahora voy a la asociación de sordos a aprender a comunicarme en mi lengua materna. Mi padre está enfadado, pero espero que algún día lo entienda. No tienes ni idea de lo que es estar totalmente aislado. Tú cuando llegas a tu casa, pones la tele, la radio, el ordenador, escuchas música, oyes las noticias mientras haces de comer, etc. Yo estaba solo, imposibilitado, incapaz de comunicarme. Hoy soy libre, tengo amigos, hablo y expreso mis sentimientos. Ya no me dejo ninguno dentro. Por eso, cuando veo a alguien que es capaz de hablar, de comunicarse con su entorno, y en lugar de eso, decide no hacerlo y se queda aparte del mundo por propia elección, siento una terrible pena, porque si no expresas lo que sientes, entonces nunca compartiras nada con los demás, te negarás a ti mismo la posibilidad de ser feliz.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-31488672747217641592011-11-04T17:11:00.000-07:002011-11-04T17:11:55.511-07:00La despedida<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1kpJYiWPjjhgaTnRUjy0LV3Vk8xXbw6WJ8J9305MjU3JR_j7HXu4y2PPlbbQAgOiVZ1AKazcGYYFkpIwTp1mQzrIQ-QXmJHlUPByprQxhmCnUk2wLWEU0K1BhNQROINCbf2uEsGbpg_8/s1600/adios.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1kpJYiWPjjhgaTnRUjy0LV3Vk8xXbw6WJ8J9305MjU3JR_j7HXu4y2PPlbbQAgOiVZ1AKazcGYYFkpIwTp1mQzrIQ-QXmJHlUPByprQxhmCnUk2wLWEU0K1BhNQROINCbf2uEsGbpg_8/s320/adios.jpg" width="320" /></a></div>Fran entró en el piso en silencio. Estaba oscuro, no había nadie. Así era mejor. Encendió la luz del pasillo y arrastró los pies hasta la entrada del salón. Al dar al interruptor, observó que había demasiada luz. Habían quitado la lámpara. Solo quedaba una bombilla pelada, triste y sola, que alumbraba con cruda luz, apartando las tímidas sombras. Las cajas se apilaban por entre los muebles, cada una de ellas con una pequeña nota escrita con rotulador permanente indicando el contenido de su interior.<br />
Los dos sofás estaban libres, pero Fran se sentó en el suelo y se dispuso a comer. Había comprado un kebab de cordero en la esquina, donde siempre. El dueño ya le conocía perfectamente y sabía lo que él pedía cada vez. Se extrañó al ver un brillo diferente en sus ojos al pagar, pero no dijo nada. No tenían esa intimidad que te permite preguntar a la otra persona porqué está a punto de llorar. Fran cruzó las piernas y se apoyó en la pared bajo la ventana. Le gustaba aquel rincón, era donde la pequeña Flora solía echarse a tomar el sol mientras se lamía el pelaje suavemente. Pensó que quizá sería una buena idea comer con la tele puesta, pero también había desaparecido. En realidad, no había nada en el aparador salvo el mueble en si mismo. Entonces se fijó en aquel detalle. Faltaban las fotos, todas las fotos, hasta las de las paredes. Era curioso que no se hubiese dado cuenta hasta ese momento. Quitó la parte superior del papel albal de su comida, solo la superior para no manchar el suelo, porque no sabía si todavía quedarían el cubo y la fregona en el piso. Comió en silencio, bajo la fría luz acusadora de la desnuda bombilla. Mientras masticaba lentamente, observaba todo a su alrededor, era como ver una película a cámara lenta. La ausencia dominaba el salón, las paredes, el mismo aire.<br />
Cuando terminó de comer, recogió los restos y los depositó en la bolsa que el dueño del kebab le había dado. Se levantó y fue a la cocina para tirar la bolsa. Efectivamente, no había cubo de la basura. La nevera estaba abierta. La habían vaciado y desconectado. Se guardó la bolsa con los restos en un bolsillo de la chaqueta y se dirigió al baño. Tuvo que abrir la llave de paso para poder mojarse las manos. Se secó en los pantalones mientras dudaba si hacer o no su último movimiento. Al fin, se decidió a hacerlo.<br />
Se paró en la puerta del dormitorio, no tenía fuerzas para entrar. Encendió la luz desde fuera. La lámpara la habían hecho juntos, con papel y unas plumas de colores, hacía mucho tiempo ya. Era demasiado frágil para quitarla sin que se rompiera, demasiado frágil. La bombilla brilló con crueldad. El armario empotrado estaba abierto de par en par, tampoco había nada. Pero la cama seguía estando. En realidad, el canapé y el colchón desnudo, frío, gris, impersonal. Era imposible adivinar cuántas horas de felicidad se habían acumulado sobre aquellos muelles. Ahora ya no quedaba ninguna.<br />
El chico regresó al salón arrastrando todavía los pies, rebuscó entre los cajones del aparador y encontró un lápiz gastado, pero todavía con punta. No había papel por ningún lado, así que no tuvo más remedio que escribir en una de las servilletas que le habían sobrado de la comida. Con letra confusa y la servilleta medio rota escribió una sola palabra. "Adiós".<br />
Dejó las llaves sobre la mesa y salió del piso. Se paró un momento en la puerta, en un último intento de mirar atrás, pero no tuvo valor para hacerlo.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-32865756216517484082011-10-27T05:41:00.000-07:002011-10-27T05:41:01.439-07:00El equívoco<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgow8qyXJp2A5edudtj5jOAIrDrGEUcn3zdMJH13fu6L1kWUUfMOcdx3lw0p_DjqfzS4OmvmXGVXvRJaIl7UWivEjcHIjmeZKEFm3wunhy8V5xoXlo0x0S3bcL0LNrknELdw588kXdQfkU/s1600/M%25C3%25A1scara+ojos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgow8qyXJp2A5edudtj5jOAIrDrGEUcn3zdMJH13fu6L1kWUUfMOcdx3lw0p_DjqfzS4OmvmXGVXvRJaIl7UWivEjcHIjmeZKEFm3wunhy8V5xoXlo0x0S3bcL0LNrknELdw588kXdQfkU/s320/M%25C3%25A1scara+ojos.jpg" width="306" /></a></div>La cosa iba mal desde el principio, porque alguien metió la pata en la oficina de asuntos ultraterrenales y le pusieron a Isabel el alma de una fea. Y eso era un problemón, porque tener un alma que no te corresponde siempre lleva a confusiones de todo tipo, tu comportamiento no cuadra con tu físico, y tu forma de ser está totalmente fuera de lugar. Así que la vida de Isabel estaba destinada al fracaso hiciera lo que hiciera. E hizo mucho, mucho. Lo dio todo por demostrar que al mundo entero que era hermosa por fuera y por dentro, pero es que aquello no era cierto. Porque era verdad que por fuera era realmente hermosa, sin ningún lugar a dudas, pero es que por dentro no lo era. En su interior, Isabel era una gorda con granos y dientes torcidos. Y aunque a priori os parezca una tontería, las personas notan esas cosas. La gente no se apartaba de ella, pero nunca parecían acabar de amarla, por mucho que ella lo intentara. <br />
Desesperada y sin saber muy bien qué hacer, la chica se volcó en lo único bueno que tenía, su propio físico. Cuidaba su cuerpo y su rostro con el esmero y la dedicación de un fanático. Hacía todo tipo de dietas, cremas de diferentes índoles abarrotaban las estanterías de su cuarto de baño, pasaba tres horas diarias entrenando en el gimnasio y otras tantas maquillándose cada vez que tenía que salir a la calle. Se había convertido en un templo de belleza física. Tanto fue así que poco a poco olvidó a aquella chica gordita y torpe que se escondía en su interior y que apartaba a la gente de su lado y se fue convenciendo a si misma de que en realidad, los hombres no la amaban porque la veían inaccesible debido a su extrema hermosura.<br />
Un día alguien tocó a la puerta. Era un señor de la oficina de asuntos ultraterrenales y venía por la reclamación que ella había hecho sobre la equivocación al adjudicarle su alma. Ella ya había olvidado que había puesto aquella reclamación, incluso había olvidado que tenía alma.<br />
- Según esto -decía el hombre mientras revisaba los papeles que había traído-, usted considera que se le ha puesto un alma equivocada.<br />
- Bueno, ahora ya da igual. Ya no estoy interesada en mantener esta queja, puede usted darla por cerrada y no hace falta que me ponga un alma que se corresponda a mi físico.<br />
- Estupendo, porque esos cambios no son posibles -respondió el hombre sin inmutarse.<br />
- ¿Ah, no? ¿Y entonces por qué ha venido usted?<br />
- Para explicarle que las almas como los físicos, también se pueden cuidar y volver bellas, pero que si nos volcamos en nuestra apariencia y olvidamos nuestro interior, entonces es cuando se vuelven verdaderamente feas.<br />
- Ya, eso se lo explica usted a todos esos que nunca se acercaron a mi por culpa de ser fea por dentro.<br />
- No se confunda, no es cierto que no se acercaran, sino que era usted misma la que los apartaba, porque no se puede hacer que nadie vea la hermosura de tu alma si tú mismo eres incapaz de verla primero. Ese es el gran error de los seres humanos, olvidar los ojos propios y tratar siempre de verse con los de los demás.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-53269684576429694822011-10-19T04:22:00.000-07:002011-10-19T04:22:24.234-07:00Sin tetas si hay paraiso<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCc3xSunfZ50r76dAiuF1OfMdNlAiWrY6xEbpK-R11BMZNaWy1xwcl1GyTa_H7Zm1k5Xqe4HXGDvuis5OUI1PIT643JO9SVruxot08d5wFLBYp2ZM4CLH0aNfHbdoOdK74JMPzQ7WoSoc/s1600/cancer-de-mama.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCc3xSunfZ50r76dAiuF1OfMdNlAiWrY6xEbpK-R11BMZNaWy1xwcl1GyTa_H7Zm1k5Xqe4HXGDvuis5OUI1PIT643JO9SVruxot08d5wFLBYp2ZM4CLH0aNfHbdoOdK74JMPzQ7WoSoc/s320/cancer-de-mama.jpg" width="225" /></a></div><br />
Cuando me diagnosticaron el cáncer de mama me dio un ataque de risa. Fue mi primera reacción, tal cual, como si me hubiesen contado un chiste malo, de esos que te hacen gracia no por el chiste en si mismo sino porque no acabas de entenderlo del todo. Luego, volviendo sola en el autobús hacia mi casa, acudieron las lágrimas. Todavía estaba en estado de shock, sin saber muy bien hacia dónde me dirigía, viéndolo todo desenfocado, como si estuviese viendo una copia pirata de una película. Entonces, en el autobús sonó una canción de Cyndi Lauper, una de esas que adoraba cuando era una niña, y que llevaba un montón de tiempo sin oír. Y en ese momento pensé que hay cosas que no vuelven, que ya nunca volvería a ser una niña, que iba a perder mi pecho izquierdo o incluso mi vida. Y lloré. Lloré desconsoladamente durante el resto del trayecto, lágrimas frágiles, amargas y terriblemente asustadas. La gente me miraba como si fuera una loca, pero es evidente que a esas alturas me importaba todo un bledo.<br />
Una vez superada esta primera reacción, tuve que empezar a contar a la gente lo que iba a ocurrir (cosas como la quimioterapia o la radioterapia no son fáciles de ocultar). En ese período me parecía un poco al Joker ese de Batman, todo el día con la sonrisa de oreja a oreja cada vez que explicaba a familia y amigos que "todo estaba bien, que no era para tanto". Llegaba a casa destrozada, con agujetas en la cara de tanto mantener aquel maldito rictus. Y entonces, ya a solas, lloraba.<br />
Los siguientes meses fueron, como poco, los peores de mi vida. No era solo la operación, los vómitos por la agresividad de la terapia, la caída de mi cabello, la debilidad y el abatimiento. Era el espejo. Era verme cada día delante de él, mutilada, con aquella horrible cicatriz que parecía decirme a gritos que jamás volvería a ser una mujer, porque hay cosas que nunca vuelven. Los días más horribles de mi vida.<br />
La terapia terminó. Poco a poco fui recuperando fuerzas, mi cabello creció de nuevo, sobreviví a la horripilante enfermedad. Pero la cicatriz no desapareció, mi pecho izquierdo no creció como el cabello. No volvía a ser mujer. Y seguí llorando. El cáncer había desaparecido, pero su hueco lo había ocupado la depresión.<br />
Y entonces, un día, un amigo me contó un chiste malo, de esos de los que te ríes no por el chiste en si mismo, sino porque no acabas de entenderlo. Recordé ese primer pensamiento en la consulta de mi médico. Y empecé a reír. Reí y reí como una loca. Reí por primera vez de verdad desde hacía más de un año. Y aquella risa me devolvió la vida, aquella risa me recordó que ser mujer no significa tener dos pechos. Yo era hermosa, por dentro y por fuera, y ningún estúpido cáncer me lo iba a arrebatar. Porque al fin descubrí que sin tetas sí que hay paraíso.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-65646008340345556552011-10-16T02:58:00.000-07:002011-10-16T02:58:41.876-07:00Se busca<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpIw6DGu1RKPiYEqCAUr5OLbqnq4BXr2IdXWRgSZVQConGezjlTRVjLwYiRhTupJnPM_ioQQZtK3rnCvQHvXmRpyjTz1ltAxnxxFhdPQSAz8mP80XLn5KAhQY1p38Uy8U0Ky-Sx_mCUXI/s1600/amoramistad-91.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpIw6DGu1RKPiYEqCAUr5OLbqnq4BXr2IdXWRgSZVQConGezjlTRVjLwYiRhTupJnPM_ioQQZtK3rnCvQHvXmRpyjTz1ltAxnxxFhdPQSAz8mP80XLn5KAhQY1p38Uy8U0Ky-Sx_mCUXI/s320/amoramistad-91.jpg" width="320" /></a></div>Entendedme, yo no quería hacerlo, pero es que no podía más, necesitaba un descanso. Solo quería dejar de sentir por un rato, solo eso. Así que me saqué el corazón y lo dejé apoyado en aquel banco.<br />
De verdad que no tenía intención de hacerlo para siempre, sólo era por un par de horas o algo así. Pero entonces, me llamó por teléfono y ya perdí la noción de todo. Ahora que me había quitado el corazón va y me llama, aquello era demasiado para mí. Así que me levanté del banco, nervioso pero con actitud fría (normal, me había quitado el corazón). Era una sensación extraña. Llevaba una semana esperando aquella llamada y ahora allí estaba yo, hablando como si nada pasara, como si nada importara, comentando cosas banales como el cambio del clima y lo mal que está todo ultimamente. Ya veis, hace una semana me mordía la lengua para no escupir el fuego que me quemaba las entrañas, para no decir las dos dichosas palabras que parecían haberlo estropeado todo. Porque yo creo que todo iba bien hasta que las dije, que yo qué se, tampoco es que me arrepienta, porque yo soy así, sincero y sobre todo honesto con mis propios sentimientos. Pero desde que dije "Te quiero" todo se fue al garete. Algo se rompió, y no podía evitar pensar que me había precipitado al decirlo. Ojo, al decirlo, que no al sentirlo, porque yo no digo esa frase así, al tuntún, que si lo hago es porque de verdad lo siento. Pero parece que los seres humanos somos así de complejos, como alguien pase de ti, ahí te quedas, más colgado que los pies de Judas, y como sea la otra persona la primera que de el paso, pues entonces se te quita todo en un santiamén. Así que para mi que la humanidad haya conseguido procrear y sobrevivir me parece un misterio más grande que si existe vida extraterrestre o no.<br />
En fin, que yo cometí el terrible error de ser el primero en decir "te quiero", y me quedé con un palmo de narices. Entendedme entonces cuando os digo que era un dolor demasiado grande. No podía pensar en otra cosa, ya ni comía, en el trabajo lo hacía todo de mala gana y de manera automática. Era mi primera pensamiento al abrir los ojos y el último antes de cerrarlos. Y aún más allá, porque no hacía sino soñar lo mismo una y otra vez. Y fue cuando se me ocurrió sacarme el corazón para descansar un poco.<br />
Y en ese momento, me llama, yo me comporto como si todo me importara un bledo y me dice que también me quiere, pero claro, yo allí, sin corazón, me quedé igual que estaba, fue un desastre absoluto. Cuando me colgó decidí volver a por mi corazón, para poder aclarar todo el asunto de una santa vez. Pero con el rollo de la llamada me eché a caminar y caminar y me alejé un montón del banco donde lo había dejado. Y cuando volví, ya no estaba. Mi corazón ha desaparecido, alguien se lo ha llevado.<br />
Así que ahora ando como loco buscándolo, porque sin él no soy ni la sombra de mi mismo, porque sin él no soy capaz de amar, y se que sin amor, la vida no tiene sentido. Por favor, si sabéis algo de mi corazón avisadme, hay una persona que me espera para que le de todo el amor que lleva dentro.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-65789425111764682652011-10-14T01:15:00.000-07:002011-10-14T01:15:52.992-07:00A medias<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9xYR5nwPDvi2S3hgKOA1eu7_rYziVHx5hwHE13nJpOCiSbhuH3CVj8KoZ5QpiQ416_WdV_4nuhV7mIOssPo2cF2FdtoC3m116Whigl0R3h6UqkE0H83s1PNB5BgSpc3kPfIbL1MW1LR0/s1600/Existe+la+media+naranja.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9xYR5nwPDvi2S3hgKOA1eu7_rYziVHx5hwHE13nJpOCiSbhuH3CVj8KoZ5QpiQ416_WdV_4nuhV7mIOssPo2cF2FdtoC3m116Whigl0R3h6UqkE0H83s1PNB5BgSpc3kPfIbL1MW1LR0/s1600/Existe+la+media+naranja.jpg" /></a></div>Pues tengo un disgustín que para qué, oiga. Porque yo estaba tan tranquila a mi rollo en el frutero, sin meterme con nadie, muy en mis movidas y pasando olímpicamente de los comentarios y habladurías de todas. Porque hay que ver qué les gusta a las frutas un cotilleo, oye. Que si "mírala, quién dirá lo madura que está por dentro", que si "menuda fresca, a ver si la sacan de la nevera y se le bajan los humos", que si "claro, es normal, si la han criado en un invernadero" y no sé cuántas barbaridades más. Pero yo a lo mío, ignorando hasta a las uvas, que cuando se ponen en plan gregarias no hay quién las soporte.<br />
Pues en estas estaba cuando me agarra el chavalín este que nos compró en el mercado y me lleva para la mesa del comedor. Y yo me dije:"Ya está, llegó mi hora". Pero de buen rollo, ¿eh? que yo soy muy de la nueva era y creo en el karma y la reencarnación y todas esas cosas. Que al fin y al cabo esta es mi misión en la vida y a otra cosa mariposa (bueno, mariposa, pera o comadreja, lo que nos toque en la próxima parada). Y ya hecha a la idea, me dispongo a que me pelen y consuman etcetera etcetera cuando de repente ¿cuál es mi sorpresa? que cuando llegamos al comedor me encuentro que me está esperando el exprimidor. De primeras mal, porque a mi lo de sacarnos el zumo siempre me ha recordado a los políticos, qué queréis que os diga, ¿y qué se hace con el resto de nosotras, eh? pues tirarlo, y no está la cosa para estar desaprovechando nada, la verdad. Pero bueno, que no se halla una en posición de opinar.<br />
Pero es que ahí no acaba la cosa, no, señor. Resulta que el caballerete va y me corta por la mitad, que tampoco me extrañó, porque es el procedimiento normal para hacer zumo, y entonces va ¡y usa solo una de mis mitades! Quería tomarse una pastilla de algo y al señorito le daba asco tomarla con agua, así que se hizo un zumo con la mitad de mi persona y se tomó la dichosa pildorita. Y luego va y me deja (más cortada que un friki en una cita de verdad) otra vez en el frutero.<br />
Y me diréis ahora que hago yo, media naranja, cortada, a medias, inacabada en mi propio destino, y siendo el puñetero hazmereir de toda la cocina. Así que si queréis saber cómo coño se siente una media naranja ya os lo digo yo: jodida, muy jodida. Si, si, incompleta y todo lo demás, pero básicamente, jodida. Asco de karma, joder...Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-82832870645742799192011-10-05T01:22:00.000-07:002011-10-05T01:22:03.402-07:00Alejandro y el monstruo del armario<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrt4pnk8YhWQG2hadaAVxH3sHe_WYdbHszO2BGVWBHjWsEZdn4ZjUowJWcoxGrMXy0AsGhksHvGZmFiy6W9fkawmi4h-zurCvvQuTKHnTNLUUwNhLG-QRLRPNHilV5bMRksKjAuCzAm4U/s1600/cookie-monster.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrt4pnk8YhWQG2hadaAVxH3sHe_WYdbHszO2BGVWBHjWsEZdn4ZjUowJWcoxGrMXy0AsGhksHvGZmFiy6W9fkawmi4h-zurCvvQuTKHnTNLUUwNhLG-QRLRPNHilV5bMRksKjAuCzAm4U/s1600/cookie-monster.jpg" /></a></div>Alejandro se levantó sudoroso, con un mal cuerpo que para qué. Había estado toda la noche dando vueltas en la cama, incapaz de dormir con aquellos ojos clavados en su cogote. Llevaba con aquella historia varios meses, casi desde que había cumplido los seis años, cuando su mamá y él se mudaron a la nueva casa. Cuando vivían en la otra casa con su papá, Alejandro estaba muy contento y feliz, en su cuarto no había ningún monstruo y él dormía plácidamente todas las noches. Pero entonces tres semanas después de su fantástica fiesta de cumpleaños, su mamá le dijo que se tenían que mudar porque su papá y ella ya no estarían más juntos.Alejandro no entendía nada, él creía que todo estaba bien como estaba y no sabía porqué los adultos se empeñan en cambiar las cosas que están bien. Y conocía perfectamente lo que vendría a continuación, porque el chico tenía compañeros de la guardería que estaban en una situación similar. Ahora se mudarían y Alejandro vería a su papá de vez en cuando, y cuando lo hiciera su mamá le daría recados para él, y su papá refunfuñaría y hablaría mal de ella. Un desastre. Eso es lo que hubiese dicho el pequeño si alguien le hubiera preguntado, pero claro, nadie pregunta a los niños esas cosas, la gente tiende a creer que no tienen criterio para las cuestiones serias.<br />
La casa estaba bien, un poco más pequeña que la anterior, pero ahora eran sólo dos, así que tampoco es que les hiciera falta más espacio. No, el problema no era la casa, era el dichoso monstruo que tenía viviendo en el armario. Al principio, Alejandro no fue realmente consciente de que tenía un inquilino alojado en su dormitorio. Sentía algo extraño, como si alguien le observara, pero no había sabido decir porqué. Hasta que una noche, inquieto, le dio por mirar hacia el armario y lo vio allí, agazapado entre los jerseys, mirándole con aquellos ojos brillantes y relucientes colmillos afilados. El niño gritó con todas sus fuerzas, y su mamá apareció en un santiamén, con los pelos revueltos y el corazón en un puño. Juntos revisaron el armario de arriba a abajo y no encontraron nada, pero él sabía que el monstruo seguía allí, era un artista del camuflaje y sólo estaba esperando a que su mamá volviera a la cama para seguir vigilándole, hasta que algún día decidiera atacarle. El pobre Ale estuvo así un par de semanas, llamando a su mamá a gritos todas las noches, hasta que entendió que aquello no llevaba a ninguna parte, porque el monstruo siempre se escondía cuando ella llegaba, por lo que dejó de llamarla.<br />
Pero aquella mañana de sábado Alejandro había llegado al límite. Llevaba demasiados meses sin dormir bien, y estaba ya que daba pena verle. Aquello tenía que acabar. Así que el chico se levantó de la cama, fue a la cocina y preparó un suculento desayuno para dos: tostadas con mantequilla y mermelada y un delicioso y calentito cola cao. Entonces, se sentó con la bandeja en el suelo, delante del armario, y llamó al monstruo. El otro tardó un rato en salir, pero finalmente lo hizo. Le miró un poco extrañado y, sin decir ni mu, se sentó frente a él a desayunar. Después de un rato, se decidió a hablar.<br />
- No quería asustarte -dijo mientras mordisqueaba la tostada-, pero es que no tengo adónde ir, estoy solo.<br />
- Ya -respondió Alejandro tranquilamente-, eso es lo que pensé, por eso he creído que podíamos desayunar juntos y charlar un poco.<br />
- ¿Ya no te asusto?<br />
- Bueno, un poco -admitió el niño-, pero me he dado cuenta de que tú estás tan asustado como yo. Es lo que pasa con las situaciones nuevas, que al principio te dan miedo, hasta que poco a poco vas entendiendo que porque las cosas sean diferentes, no tienen porqué ser peor, e incluso pueden llegar a ser mejores.<br />
- ¿Y cuándo te has dado cuenta de eso? -preguntó el monstruo intrigado-.<br />
- Ayer mismo -le aclaró Alejandro-. Fui a ver a mi papá. Parecía muy feliz, más que antes, ¿sabes? y no me habló mal de mi mamá, al contrario, me mandó besos para ella.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-34998897054732009682011-09-27T10:06:00.000-07:002011-09-27T10:06:52.776-07:00Alfonso y el Nuevo Mundo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnhyphenhyphenJ9x2sY3nuTdBsnU4KSpQbXUkAnoay8TybxQVr6HXSFKimYQ0m2LylKV1qKKNifYXknbtDLXt1szxQbyceIcLo9d62fsDKcAyb8dECodUp0g7nYFzHxhdSCAHlsonugFkZTxeGGmLY/s1600/308286_2517214689284_1220740707_33053256_1694500822_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnhyphenhyphenJ9x2sY3nuTdBsnU4KSpQbXUkAnoay8TybxQVr6HXSFKimYQ0m2LylKV1qKKNifYXknbtDLXt1szxQbyceIcLo9d62fsDKcAyb8dECodUp0g7nYFzHxhdSCAHlsonugFkZTxeGGmLY/s320/308286_2517214689284_1220740707_33053256_1694500822_n.jpg" width="320" /></a></div>Alfonso siempre fue un gran astronauta, de esos que no les importaba irse al otro lado de la galaxia a solas para ver qué se estaba cociendo por aquellos lares. Había viajado prácticamente por medio universo y conocía los rincones más insospechados, desde los planetas más lujosos hasta las estrellas más lúgubres, porque lo único que le importaba a Alfonso era el saber, y había llegado a la conclusión de que para llegar al conocimiento la vía más rápida era la experimentación. Así que el atrevido astronauta fue de los primeros en probar la sensorial comida de Ganímedes, que hacía que tu cabeza volara y volara mientras tus papilas gustativas estallaban de emoción. Inhaló los vapores sagrados de los Ancíades de Sagitario-Carina que hacían trascender tu alma más allá de tu cuerpo y mente y te revelaban verdades universales. Tomó los colores aromáticos de Axia-mondi, que deben ingerirse por los ojos y que te muestran los sentimientos de todos los que te rodean. Alfonso llegó incluso a beber el Glucis Negro de las Aracnomujeres de Afrodita, del cual dicen que muestra a los más valientes el día y sitio de su muerte, aunque Alfonso jamás confesó si llegó a ver su propia muerte o no.<br />
Pero eso era lo de menos, no se trataba de ver el final del camino, porque el astronauta entendía que la meta en si misma eran todas y cada una de las vivencias y, por lo tanto, no tenía prisa por llegar a ningún lado, porque sabía que siempre estaba donde debía estar y que vivía lo que debía vivir. Y en estas estaba cuando su nave se estropeó y cayó en un pequeño y primitivo planeta desconocido de la Nube de Magallanes. Era tan pequeño que no aparecía en ningún mapa intergaláctico y tan primitivo que Alfonso no encontró allí las piezas necesarias para poder arreglar su nave. Así que, finalmente, nuestro experimentado cosmonauta se convirtió en un emigrante forzado.<br />
Al principio, como es normal, aquello no le gustó, e incluso, debemos admitir que le frustró bastante, porque, al fin y al cabo, todas las aventuras que hasta ahora había vivido el hombre, y aunque quizá en planetas incluso peores que aquel, habían sido voluntarias y no obligadas como en este caso. Así que Alfonso no podía evitar recordar todo aquello que dejaba atrás en la Tierra: familia, amigos, amor... Todo parecía en aquel momento tan injusto, se sentía como si le estuvieran robando la vida, la capacidad de decidir, de ser libre, no era justo, definitivamente no lo era.<br />
Pero, claro, el tiempo pasó, y poco a poco, a pesar de su oposición inicial, los nativos del primitivo planeta fueron conquistando el triste corazón del astronauta. Terminó aprendiendo sus costumbres, descubriendo que quizá fuesen más primitivos en algunas cosas, pero mucho más avanzados en otras. Terminó por encontrar la felicidad y el amor en aquel planeta, se permitió a si mismo vivir de nuevo al recordar que, como habíamos dicho, la meta no estaba al final, sino que siempre estaba donde tenía que estar y vivir lo que tenía que vivir.<br />
Por supuesto, Alfonso sí que volvió a la Tierra después de aquella historia, pero eso es una aventura que contaremos en otro momento.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8799511656263438876.post-8516318424101525052011-09-26T12:21:00.000-07:002011-09-26T14:56:13.181-07:00Calor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigkwVre013kKwhY3BvbKv5wKYwEGvt6t4otlrcMS6zfzMW3yln1E4tyl78TvZi-VPqwQffi7SWYUgDB1xb0M9d5icip1Be_4CZiFG7k1HNKnUMzsR2ClQIhW74OOGPLF0y9jNcn4ZyqJs/s1600/volcan1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="186" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigkwVre013kKwhY3BvbKv5wKYwEGvt6t4otlrcMS6zfzMW3yln1E4tyl78TvZi-VPqwQffi7SWYUgDB1xb0M9d5icip1Be_4CZiFG7k1HNKnUMzsR2ClQIhW74OOGPLF0y9jNcn4ZyqJs/s320/volcan1.jpg" width="320" /></a></div>Llevo viviendo dentro de este volcán desde hace casi siete meses. En mi casa estaba raro, incómodo, notaba algo pero no sabía qué era, hasta que un día por fin me di cuenta: tenía frío, tenía mucho frío. Mi piso tenía calefacción central, así que a lo mejor el portero todavía consideraba que no era época para ponerla en marcha, pero es que yo tenía mucho frío, por lo que me compré un radiador de esos con ruedas y lo puse a todo trapo. Me lo llevaba a todos lados, al salón, al dormitorio, al baño, a la cocina, pero realmente no acababa de subirme la temperatura. Me pasaba el día tiritando, no podía esperar a que el portero se decidiera a encender la dichosa caldera, no tuve más remedio que contratar la calefacción de Gas Natural. Me la instalaron muy rápido, de un día para otro, y con eso puesto a toda mecha y el radiador también, me bajó un poco el frío, pero todavía no lo suficiente. Finalmente, mi portero puso en marcha la calefacción central. Ni por esas, con los tres tipos de calefacción yo seguía tiritando. Decidí cambiar de país y me mudé a Bombay, porque me habían dicho que era la ciudad más calurosa del mundo. No os creeríais el frío que pasé en Bombay, y eso que me había llevado mis calefactores conmigo.<br />
Desesperado y al borde de la congelación decidí venirme a vivir al cono de un volcán activo. Aquí dentro no se está tan mal, bajo a la civilización a cambiar mis trajes de amianto estropeados y las bombonas de oxígeno, pero poco más, porque salir de aquí me supone acabar de nuevo tiritando. Rodeado de lava líquida ya no tirito, aunque reconozco que aún no es el calor que necesito. Lo único que subía de verdad mi temperatura era el roce de su piel, pero como eso ya no es posible, estoy pensando en que la próxima vez que baje al pueblo me pillo otro calefactor.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/12564628483088322353noreply@blogger.com0