domingo, 6 de marzo de 2011

Love from beyond

El fantasma era muy tímido, pero ella sabía que estaba ahí. Lo intuía, notaba su aliento en la nuca, sentía cómo la perseguía sutilmente por el piso, pero no tenía miedo. El fantasma la amaba y ella lo sabía. Dejaba que él la espiara tras la cortina de la ducha, se secaba lentamente, de una manera sensual mientras el etéreo amante suspiraba de deseo. Finalmente, al llegar la noche se tumbó en la cama. Al principio no podía dormir, nerviosa, cerró los ojos pero su ansiedad se reflejaba bajo los párpados. Hacía tanto tiempo que nadie la tomaba entre sus brazos...
Después de un par horas de dar vueltas en el colchón, el cansancio ganó la partida. Ella entró en un sueño profundo y el fantasma aprovechó para salir de su escondite. Se detuvo a sus pies durante un buen rato, admirando su belleza dormida. Ni siquiera en vida había conocido a una mujer de tal belleza. Aquellos labios carnosos, sus rizadas pestañas, la piel más tersa y suave que la propia seda. Sabía que era una temeridad, pero tenía que tocarla. Se acercó despacio, arrodillado para poder observarla mejor. Por fin, se atrevió a rozar ligeramente su mejilla. Ella gimió con dulzura, acercando el rostro a la mano que la acariciaba. Dicen que los fantasmas son fríos, pero aquella mano estaba llena de calor, de puro amor. El fantasma retiró la sábana y acarició todo su cuerpo lentamente. Ella volvió a gemir, disfrutando aún en sueños del contacto ansiado. El fantasma la tomó entre sus brazos, fuertes, poderosos, pero cuidadosos al mismo tiempo. Le hizo el amor con pasión, explorando cada recoveco de su cuerpo, extasiado al poseer semejante belleza, enamorado más allá de la propia muerte.
- Te quiero-susurró con su voz de ultratumba-. Siempre te querré.
Ella seguía dormida, pero en sus sueños le puso cara. Se dejó amar, el placer le arrancaba gemidos de sus labios. Él era todo lo que había deseado en la vida, guapo, fuerte, cariñoso...
- Te amo -le contestó en sueños-. Siempre seré tuya.
Y llegó la mañana. Cuando despertó lo hizo con una sonrisa en los labios. Se dio una larga ducha caliente y tomó un copioso desayuno. Estaba hambrienta! Llegó al supermercado radiante de felicidad. Sus compañeras la miraban extrañadas mientras se ponía el uniforme, algo raro le pasaba, se la veía hasta guapa. Se colocó en su caja registradora y comenzó la jornada. Pasaba los artículos de una manera risueña, parecía que hasta los bips de los códigos de barra le cantaban una canción de amor. Disfrutó como nunca de su trabajo, incluso hubo quien le dejó una propina. No le dio importancia, sólo pensaba en volver a casa esa noche.
Antes de abandonar el supermercado, compró unas velas y algo de cena. Al llegar a casa, preparó una cena romántica con velas y dos platos. Sabía que él no iba a comer, pero quería que supiera que ella también pensaba en él. El fantasma no acudió a la cena, pero ella le intuía, observándola enamorado. Aquella noche harían el amor de nuevo, y todas las demás noches.
La gente pensaría que estaba loca, pero quién puede decir qué es realidad y qué es mentira? El fantasma la hacía sentir hermosa, la hacía sentir amada. Acaso era mejor antes, cuando se sentía sola y fea? La felicidad tiene infinitos caminos, cada uno es único y especial y todos debemos encontrar el nuestro.

3 comentarios:

  1. jejejejejeje
    como final, podrías haber enlazado la canción de la trevi...

    http://www.youtube.com/watch?v=0yBzzKz4pTM

    un buen colofón para un buen texto!!

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  2. es verdad!!! no me acordaba de esa canciónjajajajajaa

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  3. Madre mía, una espectrofílica!! Eso no estará mal visto? Por lo demás es precioso, yo me miro al espejo y me siento guapa, pero no me acuesto con el porque amanezco ensangrentada.

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