domingo, 31 de julio de 2011

El principio

Mi madre siempre cuenta que entró en la sala de partos de pie. Dice que no sintió dolores, solo una ligera molestia (al contrario que durante el embarazo, que por lo visto estuve dando por saco cosa buena). Se acostó en la camilla y ya empezó a ponerse nerviosa, porque el parto de mi hermana le había llevado unas horillas, así que a los diez minutos empezó a suplicar que le pusieran el goteo (una anestesia para parturientas,al parecer). "Pero, señora, que ya ha nacido".
Y así era, yo entré en este mundo sin pedir permiso, y por supuesto, sin avisar. Imagino a mi madre con esa cosita en los brazos (en cualquiera de mis edades siempre he medido menos) y soñando con mi futuro. Porque eso es algo que hacen los padres indefectiblemente, diseñar un futuro para sus hijos, sin tener en cuenta que en el momento que escapas de su útero, ya eres un ser independiente con sueños propios.
"El constructo personal" se llama ese proyecto de vida que diseñas para tu prole. Lo tienes acurrucado en tu seno y ya te lo puedes ver estudiando para médico, en su consulta, en su boda, con sus hijos...
Y entonces llegué yo, alguien que no se acercaría ni remotamente a cualquier constructo imaginado por mi madre. Ella me llamaba "el espíritu de la contradicción" porque todo lo que me pedía, yo hacía lo contrario (luego aprendió a pedirme las cosas al revés, para lograr resultados). Nunca sería médico, no hay bodas, no hay nada de lo que soñó.
Los padres no tienen un manual de instrucciones, no son seres perfectos como creemos de pequeños, sólo hacen lo que pueden. Pero mi madre (dentro de ser una de las pocas personas capaz de sacarme de mis casillas) hizo algo maravilloso. Decidió tirar a la basura todos sus planes con respecto a mí, y me dejó ser. Gracias a ello, estoy seguro de que ha tenido vivencias y experiencas que jamás hubiese tenido con aquel hijo perfectamente diseñado. Y hoy en día mi madre está orgullosa de mí y yo... yo estoy orgulloso de ella.

Moraleja: chic@s, casi nunca las cosas salen como un@ las planea, pero tener una mente abierta nos puede proporcionar experiencias mejores de las que en un principio habíamos planeado. A veces es bueno dejarse sorprender por la vida.

Tavi (actor en semiparo y cumpleañero)

PD: Gracias, mamá, la vida no es como me la imaginé, pero es tremendamente divertida.

1 comentario:

  1. Qué gran texto y qué MARAVILLOSA postdata.
    Sigue pululando por mi vida niño, porque definitivamente, es mucho más divertida desde que estás en ella.
    Muuuuacks!

    ResponderEliminar