miércoles, 15 de diciembre de 2010

Entre fantasmas, o sea



No entiendo a la absurda de la pija esa de “Entre fantasmas”,  se pasa toda la serie llorando como una magdalena. Pero vamos a ver, animalito de dios, estás tú tan tranquila en tu tienda esa de antigüedades (que yo siempre he pensado que es una tapadera y que en realidad vende droga, porque ahí no entra ni el tato a comprar nada), pero eso sí, como venga alguno, hala, un fantasma que se trae. que esta es como la Jessica Fletcher, que fuerte mujer más gafe, donde quiera que estuviera, se cargaban a alguien. Yo creo que la asesina era ella, y que todo el rollo era de cómo se lo montaba para echarle el muerto a otro, nunca mejor dicho.
Pues eso, lo que decía, que la absurda de la tienda de antigüedades está tan tranquila con su amiguita haciendo sus cosas de pija ahí, con lacitos y mamonadas de esas y, de repente, se le aparece un fantasma que le pone los ovarios a la altura de las amígdalas y ella, que además es muy cabrona, pone cara de siete para que la otra se acojone viva, como diciendo “hijaputa, que tú no verás al fantasma, pero te vas a cagar igual que yo”. Yo no sé como la amiga no la manda de una puta vez a tomar por culo y se busca otra amiga menos pija y menos cabrona, que son ganas de sufrir. Y la tía lista se pone a investigar como una loca, para ver qué coño quiere el dichoso fantasma y así poder llevarlo a la luz. Además, los puñeteros espirítus se le aparecen siempre al principio hechos un cristo, con la cara destrozada y el cuerpo hecho una penita, haciendo unas cosas raras y hablando super chungo que te los pone de corbata, que es para decirle “maricón, si quieres que te ayude no te me presentes con esas pintas, que me echo a correr que las patas me llegan al culo, joder”. Porque luego, al final, la otra ya descubre todo el meollo y entonces aparece el fantasma con un aspecto estupendo, y hablando clarito, clarito, que se le entiende todo, (¿y esto no podía haberlo hecho desde el principio y nos ahorramos un pastón en lavandería por culpa de las cagaleras?). Total, que el cabronazo del fantasma ya se queda ahí como relajadito, y entonces ve la luz esa y algún familiar que le está esperando al otro lado, que le está esperando porque no le ha visto con las pintas que llevaba al principio del capítulo, que no si no le iba a esperar su puta madre. Y encima, la pija coge y cuando el fantasma se larga va y se pone a llorar. ¿Pero qué coño haces, subnormal?? El tío lleva dándote por culo todo el rato y ahora que se va, coges y te pones a llorar. Lo que yo te diga, esta es gilipollas, pero si hasta alguno se le presenta en la cama, que yo soy el marido y la pongo en el sotano a dormir con el puto espíritu, que tú imagínate que estás ahí, en plena faena, viento en popa a toda vela, y la otra de repente empieza a mirar para otro lado.
-Qué pasa, que tenemos visita o qué?
-Pues sí, hay un fantasma ahí en la esquina mirando.
-Y qué coño hace, se está tocando una gallola o qué?
Hombre, a ver qué coño haces tú si tu mujer te dice que hay un tío en la esquina de tu cuarto mientras tú estás intentando echar un quiqui. Que no te digo yo que haya alguno al que le de morbo, pero vaya, a mí me cortaría el rollo de mala manera. Y la otra que se pasa los capítulos diciendo que si se quiere quedar embarazada, pues como no sea del espíritu santo, me parece a mí que se iba a quedar con las ganas. Lo que yo os diga, si ese hombre no se ha divorciado todavía es que se ha echado una querida por ahí, como decía mi madre, o eso, o se va de putas, porque en su casa ese hombre ni folla, ni duerme ni na de na.

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