miércoles, 15 de diciembre de 2010

Géminis versus Leo



Géminis y Leo llevaban ya algún tiempo sin verse. El primero andaba con sus líos siderales, que si un tratado de paz con Casiopea, que si una reunión intergaláctica con Aries y Acuario, en fin, lo de siempre, porque todo el mundo sabe que Géminis es una constelación inquieta, incapaz de permanecer en un sitio más de tres o cuatro millones de años luz, y siempre metida en más de mil follones a la vez. Pero en uno de sus viajes a través de la misma esencia del universo, pasó por delante del cuadrante de su amiga Leo, y decidió hacerle una visita sorpresa. Ésta se encontraba en uno de esos momentos de retiro espiritual, vamos, que después de una etapa de prolífico trabajo, estaba tocándose un poco su estelar entrepierna. Porque Leo es así, creativa, ingeniosa, generosa, a raudales, pero siempre a rachas, y tenía que compensar todo el exceso de creatividad y trabajo con períodos de inactividad y ocio.
Y allí estaban en el salón de Leo, dos constelaciones absolutamente diferentes y que llevaban tiempo sin compartir nada. Así que decidieron que lo primero que iban a compartir era una buena fumada de polvo espacial, por aquello de recordar los viejos tiempos que habían vivido juntas: Las fiestas en los mejores panteones, los proyectos de construcción de nuevos cuadrantes, los ligues de juventud, los sueños, las risas. Es lo que tiene el polvo espacial, que te abre la mente, te da la risa y finalmente, te mata de hambre. Así que ambas constelaciones, muertas de la risa, se fueron a la cocina a preparar cualquier cosa que les matara el agujero de gusano que en aquel mismo instante les atravesaba. Y aprovecharon la cena para dejar atrás los recuerdos y ponerse al día de las vivencias que habían tenido ultimamente por separado. Géminis estaba en un nuevo y maravilloso proyecto con otras constelaciones que le había llevado hasta el cuadrante de Leo, y recientemente había descubierto la música de las estrellas. Leo, por su parte, también andaba liada con otros astros, construyendo un nuevo sector propio, y andaba dando rienda suelta a su creatividad más universal.
Por fin, después de la cena, decidieron dar el último paso, volver a planificar un futuro juntos, alguna que otra divertida idea, como en los viejos tiempos. Y es que la relación de Leo y Géminis podía parecer algo extraño, porque sus caracteres eran tan diferentes, Leo siempre en las nubes estelares, imaginando nuevos mundos, y Géminis siempre reflexionando, meditabunda, cuestionándose cada paso, pero así es la magia de los amigos, las constelaciones se recrean en su diferencia y no en su igualdad, y disfrutan de lo que su amiga le ofrece para complementarle.
y ya se despidieron, teniendo un nuevo compromiso juntas. Porque eso es lo que tiene la amistad, dejas que las constelaciones amigas vuelen libres por el universo, y cuando vuelven, no sólo compartes el pasado sino que construyes un nuevo futuro.

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