miércoles, 15 de diciembre de 2010

Revisión laboral



Un día Dios se bajó a tener una “charla” con el Diablo. No es que tuviese ganas de gresca, pero es que había dejado pasar demasiado tiempo aquella conversación, y la cosa se había salido de madre. Así que decidió no posponer más el encuentro y se dio un salto al infierno un viernes a última hora.
- Oh, qué sorpresa! -exclamó el otro al abrir la puerta- ¿A qué debo el honor de esta visita?
- He traído pastitas, ¿te hace un té? -dijo el primero enseñando el paquete en plan buen rollo-.
El Diablo guió a Dios hasta su salón infernal, y le indicó con un gesto que se sentara a la mesa.
- ¿Un té, un viernes por la noche? -le gritó desde la cocina- Mejor un par de cubatas, ¿no te parece?
- Bueno, pero no me lo pongas muy cargado, que luego tengo que conducir hasta el cielo.
- Siempre igual -refunfuñó el Diablo mientras le pasaba el cubata y se sentaba junto a él-, a ver cuándo se te ocurre bajarte con un chófer y nos pegamos una buena juerga.
- ¿Ves? ese es el problema, que siempre me lías. Te dejo hacer, te dejo hacer y luego pasa lo que pasa.
El anfitrión miró fijamente a Dios antes de continuar con la conversación.
- No sabía que teníamos un problema -dijo fríamente dando un sorbo a su bebida-.
- A ver, Lucifer, creo que últimamente te estás excediendo. Está el mundo manga por hombro y cada día más y más liado. Si es que voy a tener que cargármelo todo y empezar de nuevo, que ya ni con un diluvio universal se arregla el tinglado.
- Te recuerdo que eres tú quién me ha contratado…
- Ya, ya, y estoy muy contento con tu trabajo. Al principio estaba guay, porque tú les provocabas para que hicieran pecadillos menores, que si una mujer enseñando la enagua, que si un niño robando peras en la huerta del vecino…y, bueno, les dabas vidilla y eso. Pero es que últimamente, la cosa está que madre mía, los líderes mundiales más corruptos que nunca, asesinatos, huelgas, el tercer mundo que ya casi es el cuarto, hambre, guerras, guerrillas, tele-basura, si es que no doy abasto, he tenido que contratar personal extra para poder anotar todos los pecados, y no me queda ni uno sano ahí arriba, que hasta el nuevo Papa se parece al emperador malo de “La guerra de las galaxias”. ¿No podrías rebajar un poco la cosa?
- Mira, chaval, yo soy un profesional como la copa de un pino, si lo que quieres es un trabajo cutre, pues mejor te buscas a otro. Tú fuiste el tío listo que se inventó el sistema ese de aprender a valorar las cosas buenas teniendo las malas para comparar (que también ahí te luciste, hijo), así que yo me encargo de que la gente tenga enfermedades,peleas y malos rollos en general para que tu plan salga a la perfección y no sé a cuento de qué vienen ahora estas quejas.
- Pues es que con todo el pifostio este, yo creo que la humanidad ya no tiene ni puta idea de lo que está bien y lo que está mal, porque no me entra un alma en el cielo desde la muerte de Chanquete. Me los estás volviendo a todos tarumba, tío.
- Y lo estupendo que te viene a ti que yo haga el trabajo sucio, que bien entretenidos que te los tengo, para que a nadie le de por pensar que todo este meollo es cosa tuya. Que aquí unos cardan la lana y otros tienen la fama, porque a mí en la tierra me dicen de todo menos bonito, y tú tan ricamente.
- Es verdad, tienes razón -dijo Dios levantándose reflexivo- Siempre me pasa igual, vengo a echarte la bronca y acabas dando la vuelta a la tortilla. Si es que eres demasiado inteligente para poder discutir contigo.
- Lo sabrás tú mejor que nadie, que eres el que me ha creado.

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